Bajo la
excusa de evitar una escalada inflacionaria, los intentos del Gobierno
por fijar un techo de 20% a la negociación paritaria redundarían -en
caso de tener éxito- en una pérdida del salario real y del poder
adquisitivo de los trabajadores durante 2013.
“Existen
sobradas condiciones para aumentar un 30% los salarios sin que sea
necesario ningún traslado a precios”, concluye un estudio coordinado por
el diputado Claudio Lozano.
“Los trabajadores argentinos sólo cobran dos de las ocho horas que trabajan. ¿Cómo no se va a poder aumentar un 30% los salarios?”, planteó el legislador.
El informe hace una detallada radiografía de la situación salarial en relación con las principales variables de la economía. Entre otras cosas, proyecta la evolución salarial del año que comienza bajo el supuesto de un suba salarial de 20% aplicada en dos cuotas (10% en marzo y 10% en junio). De allí concluye que, descontada la inflación real (no la que mide el INDEC) estimada en 23,8%, el salario real caería 3% y el poder adquisitivo un 5%.
En la elaboración del estudio también participaron Tomás Raffo (co-coordinador), Ana Rameri, Agustina Haimovich, Mora Straschnoy y Laura Pacífico. Todos integran el equipo de investigaciones del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.
En respuesta al argumento oficial que atribuye a las subas salariales la responsabilidad por el aumento de precios, el trabajo sostiene: “Los grandes empresarios y el gobierno nacional coinciden en reclamar moderación a los trabajadores a la hora de la discusión salarial. Este planteo resulta absurdo desde el punto de vista conceptual ya que no es la evolución del salario lo que explica el proceso inflacionario, sino el déficit que en materia de inversión (tanto en magnitud como en calidad) ha tenido nuestro país durante los años de crecimiento acelerado”.
Expresado en números, el informe muestra que “considerando las horas trabajadas y la riqueza producida en el 2012, cada hora de trabajo rindió por un valor de $ 71,50. Asimismo, cada trabajador percibió en promedio por su hora de trabajo, $ 20,80. La diferencia ($ 50,70) es el excedente apropiado en primera instancia por los empresarios”.
Traducido en términos de jornada laboral, de las 8 horas diarias de trabajo, la remuneración percibida por el trabajador, equivale a sólo 2 horas 20 minutos.
“Si de cada ocho horas de trabajo, los trabajadores cobran dos, sólo la decisión de perpetuar la desigualdad puede justificar el argumento de que los salarios no pueden aumentar, por ejemplo, un 30%”, cuestionó el informe.
Además, sostiene que en las empresas grandes la situación es peor: “En términos de jornada laboral, de cada hora de trabajo, los trabajadores se apropian de 1 hora 50 minutos y los empresarios de 6 horas completas”.
Fuente: Diario Clarín
“Los trabajadores argentinos sólo cobran dos de las ocho horas que trabajan. ¿Cómo no se va a poder aumentar un 30% los salarios?”, planteó el legislador.
El informe hace una detallada radiografía de la situación salarial en relación con las principales variables de la economía. Entre otras cosas, proyecta la evolución salarial del año que comienza bajo el supuesto de un suba salarial de 20% aplicada en dos cuotas (10% en marzo y 10% en junio). De allí concluye que, descontada la inflación real (no la que mide el INDEC) estimada en 23,8%, el salario real caería 3% y el poder adquisitivo un 5%.
En la elaboración del estudio también participaron Tomás Raffo (co-coordinador), Ana Rameri, Agustina Haimovich, Mora Straschnoy y Laura Pacífico. Todos integran el equipo de investigaciones del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.
En respuesta al argumento oficial que atribuye a las subas salariales la responsabilidad por el aumento de precios, el trabajo sostiene: “Los grandes empresarios y el gobierno nacional coinciden en reclamar moderación a los trabajadores a la hora de la discusión salarial. Este planteo resulta absurdo desde el punto de vista conceptual ya que no es la evolución del salario lo que explica el proceso inflacionario, sino el déficit que en materia de inversión (tanto en magnitud como en calidad) ha tenido nuestro país durante los años de crecimiento acelerado”.
Expresado en números, el informe muestra que “considerando las horas trabajadas y la riqueza producida en el 2012, cada hora de trabajo rindió por un valor de $ 71,50. Asimismo, cada trabajador percibió en promedio por su hora de trabajo, $ 20,80. La diferencia ($ 50,70) es el excedente apropiado en primera instancia por los empresarios”.
Traducido en términos de jornada laboral, de las 8 horas diarias de trabajo, la remuneración percibida por el trabajador, equivale a sólo 2 horas 20 minutos.
“Si de cada ocho horas de trabajo, los trabajadores cobran dos, sólo la decisión de perpetuar la desigualdad puede justificar el argumento de que los salarios no pueden aumentar, por ejemplo, un 30%”, cuestionó el informe.
Además, sostiene que en las empresas grandes la situación es peor: “En términos de jornada laboral, de cada hora de trabajo, los trabajadores se apropian de 1 hora 50 minutos y los empresarios de 6 horas completas”.
Fuente: Diario Clarín
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