Los
compañeros trapitos que decidieron organizarse en la CTA, se encuentran trabajando
en el lavadero y continúan en la construcción de éste. Si bien, el lavadero no
se encuentra funcionando al 100%, por cuestiones de infraestructura, el sueño
de estos seis compañeros se hace realidad.
Jonatan
Ruttia, Secretario de Organización de la Central de Trabajadores Autónoma comentó sobre el
funcionamiento del lavadero, que pronto tomará la forma legal de una
cooperativa. “Queremos tener un lavadero modelo en la ciudad, con capacidad
para lavar cinco autos de manera simultánea. Incluso estamos pensando a futuro
incorporar un servicio Express, en donde se lavarán los autos en 15 minutos”.
El
conflicto de los trapitos con el municipio es ya viejo, pero en noviembre se
reanudó y a fines de enero fue resuelto. Once compañeros decidieron formar
cooperativas de trabajo, a tres compañeros se les tramitó asistencia social y
seis compañeros decidieron organizarse a través de la CTA Autónoma.
“Desde la CTA no proponíamos retirarlos
de la plaza, entendíamos que era un trabajo genuino, pero que no estaba en
regla y había que brindarles las herramientas de organización a los compañeros.
Pero por decisión explicita del municipio de Río Cuarto decidieron retirarlos
de la plaza argumentando a través de la discusión del espacio, a la cual nunca
coincidimos”, expresó el Secretario de Organización de la Central.
“La CTA fue la única organización que se acercó a
darnos una mano”, agregaron los compañeros.
El emprendimiento del lavadero
surgió de ellos mismos, desde el municipio se armó una mesa de trabajo en donde
se presentaban las propuestas. La idea surgió explícitamente del trapito Damian
Pereyra. “Porque es uno de los oficios que ellos hacen, ellos lavan autos. Se
buscó un lugar, y la municipalidad se encargó de la negociación con el espacio”,
indicó Ruttia.
El lavadero se encuentra en el
Boulevard Ameghino 1330 frente al Andino. Marcos Marquez “moneda”, Damián Pereyra,
Gastón Marquez “càscara”, Victor Bustos “Corni”, Alejandro Pereyra “Barzola” y
Brian Mancilla son los seis trapitos. Pereyra y Marquez son los delegados. Los
seis compañeros indican que están muy contentos, que se sienten respaldados,
proyectan a futuro y quieren que quede un registro fotográfico de este hecho
tan significativo.
Todas las
semanas se realiza una asamblea en donde se define el avance del lavadero. Y
cuando esté finalizada la infraestructura, procederán con la conformación de la
cooperativa; decisión que surgió de estas asambleas semanales. Cabe destacar
que Alejandro Sommaré, Secretario de Institucionalización de la central colabora
con lo que respecta a la construcción.
“Ellos han
decido tener un trabajo formal, digno y demostrarle a la sociedad que apostó en
ellos que con igualdad de oportunidades se puede crear trabajo genuino y que
los compañeros lo pueden aprovechar también. Los valores de la cooperativa
serán los de la solidaridad y la igualdad. Acá no hay jefes”, resaltó Ruttia.
Cuando la infraestructura
esté terminada, los trapitos se presentarán en los diferentes estamentos de la
sociedad. Ya tuvieron una reunión con Franco Castaldi, delegado del Ministerio
de Trabajo de la Nación el cual les ha otorgado una ayuda social hasta que se
genere legalmente la cooperativa.
El lavadero
tendrá una sala de espera, oficina administrativa, y capacidad para lavar cinco
autos de manera simultánea.
Durante la
semana pasada los compañeros recibieron indumentaria de trabajo. Con la frase “Más
temprano que tarde, convertiremos nuestros sueños en la pesadilla de los que
mandan” de “Pipón” Giuliani, referente de la CTA.
El lavadero
“Los Trapitos” es una realidad que avanza, el sueño de seis compañeros que
encontraron un lugar de organización y
de contención que entendió que su trabajo era genuino; y que transformó su
realidad.