Bajo el cielo gris, la caravana recorrió las calles y pasillos de la
21-24 cantando “Alerta, alerta, alerta que caminan los pibes organizados
por los barrios de Argentina” mientras vecinos y vecinas se asomaban a
las ventanas y aplaudían acompañando la marcha. Tomados de la mano,
niños y niñas, con sus caras pintadas y carteles colgando, en los que
podían leerse mensajes de organización y esperanza, caminaban al ritmo
de los tambores.
Luego de ser recibidos por el Padre Toto en la Iglesia Caacupé,
llegaron a la Escuela Número 12 y se concentraron en el patio a donde
llegaron también chicos y chicas de otras escuelas del barrio. “Qué
bueno que los niños marchen por sus derechos, todos tenemos derecho a
vivir bien y a tener salud y educación”, dijo una vecina que se acercó a
preguntar de qué se trataba la marcha.
Pasadas las 14.00, miles de chicos y grandes se fueron concentrando
en Avenida de Mayo y 9 de Julio para marchar a Plaza de Mayo. Arriba del
camión, lleno de dibujos y carteles hechos por los mismos chicos,
Clarisa Gamberra, integrante de Niñez y Territorio, contaba las razones
de la movilización: “Los pibes y las pibas no son peligrosas, están en
peligro, pero estamos organizados para luchar por sus derechos, el
derecho a la educación, al trabajo de sus padres, a la vivienda digna, a
la salud, al juego”. Al compás de los tambores, comenzó a caminar la
caravana, conformada por cientos de organizaciones sociales que trabajan
a diario para garantizar una infancia digna.
“Estamos acá como si estuviéramos con nuestros hijos e hijas, porque
ellos luchaban como se está luchando ahora, para que no haya chicos en
la calle, para que no haya hambre, para que haya trabajo para todos y
todas, para que las familias se puedan mantener sin que les tengan que
dar limosnas, para que la Argentina sea un país digno de ser vivido”,
dijo Norita Cortiñas mientras caminaba tomada de la mano de los niños y
las niñas, llevando -como ellos- la bandera de colores en defensa de la
infancia.
Niños y niñas de las diferentes organizaciones que integraban la
caravana, leyeron un documento que denunciaba la crítica situación que
atraviesan los pibes y pibas de los barrios más humildes, quienes además
de no tener garantizados todos sus derechos, sufren diariamente la
estigmatización social y la persecución policial.
Ya en la plaza, en el camión escenario, Omar Giuliani, integrante de
Niñez y Territorio y Coordinador de Ruca Hueney dijo: “A pesar de lo que
nos han hecho, la clase trabajadora está dispuesta a transformar esta
sociedad. Tenemos que salir a enamorar a nuestro pueblo porque los pibes
no son peligrosos, están en peligro y son la solución de nuestro país”.
Giuliani agregó además que “esta caravana seguramente será el preludio
para construir una gran marcha de los pibes y las pibas”.
La jornada continuó con las canciones interpretadas por violines,
flautas, contrabajos, chelos e instrumentos de percusión tocados por
chicos y chicas de diferentes barrios de la Ciudad de La Plata que
conforman la Orquesta Barrial en Movimiento. Chicos y grandes bailaron
al son del clásico de María Elena Walsh “La naranja se pasea”.
Para terminar las tres jornadas de la caravana, niños y adultos se
acercaron a la valla que separa la plaza de Mayo de la Casa de Gobierno y
levantando sus manos y manitos lanzaron avioncitos de papel al aire, en
los que se leían derechos y esperanzas por un mundo mejor: “deseamos
que todos los niños y niñas tengan una vida digna”, decía uno de los
avioncitos, y el deseo quedó flotando en el aire.
Fotografías: Cesar Garzón, Walter Piedras y Fabian Piedras