-¿Qué
significado tiene este nuevo 24 de marzo teniendo en cuenta que se
cumplen 40 años del golpe del ’76 y que justo en esos días Macri
recibirá al presidente nada menos que de Estados Unidos?
El 24 de marzo de 1976 hubo un genocidio, no fue un golpe de Estado en su acepción tradicional. Y el blanco predilecto del terrorismo de Estado fuimos los trabajadores y los militantes populares. A 40 años que la oligarquía asestara un golpe de gracia al Estado de Bienestar que se había edificado en nuestro país desde mediados de la década del 40; a 20 años de la creación del espacio de Memoria, Verdad y Justicia; a 18 años de la presentación que realizó la CTA ante el Juez Baltasar Garzón, de España, con la denuncia para que se declarara como genocidio el asesinato y desaparición forzada de miles de compatriotas; y a 10 años de la desaparición de Jorge Julio López, este 24 de marzo el pueblo va a inundar las calles de todo el país para reclamar por los derechos humanos de ayer y de hoy.
—¿La visita de Obama en esa fecha es una provocación?
Es una demostración más de la impunidad con la que se maneja el Imperio y la vocación cipaya del Gobierno de Macri. Nos quieren cobrar el “NO al Alca” que le dijimos en la cara a Bush en 2005 en Mar del Plata. Obama llegará a la Argentina después de ser el primer presidente norteamericano en 80 años que visitará Cuba, lo que supone un avance extraordinario para el hermano pueblo cubano en su lucha inclaudicable para terminar con el bloqueo que lleva más de medio siglo. Para el pueblo argentino su visita es repudiada porque constituye una ignominia en tanto y en cuanto su país fue partícipe necesario en el genocidio que perpetró la tiranía oligárquico-militar.
-La llegada del presidente estadounidense es criticada unánimemente por los sectores populares.
Cierto, con una salvedad. Algunos de esos sectores que hoy se desagarran las vestiduras por la visita de Obama no han dicho una palabra de la autorización para que China construya una Base Militar en Neuquén, o contra la entrega a la multinacional Chevron del Yacimiento de Vaca Muerta, ni de las licencias que el gobierno anterior y éste le conceden sin beneficio de inventario a empresas depedradoras de nuestros bienes comunes como la Barrick Gold o Monsanto.
-¿Qué se ha logrado en todos estos años con la lucha popular?
Conseguimos sentar en el banquillo de los acusados a las juntas militares de la dictadura, anular las leyes de Obediencias Debida y Punto Final, hacer carne en nuestro pueblo, y sobre todo en los jóvenes, la defensa hasta el hueso de los derechos humanos, instrumentar los juicios por los delitos de lesa humanidad. Lamentablemente, salvo excepciones, no existe en el Poder Judicial una decisión unívoca de acelerar el proceso y juzgamiento de los genocidas a los que queremos ver en cárceles comunes, sin privilegios de ninguna índole. La lucha infatigable de los trabajadores y las Madres fue fundamental para minar los cimientos de la dictadura hasta su derrocamiento y posterior retorno de la democracia. Es falso que sólo haya sido la Guerra de Malvinas la causal de la caída de la tiranía. Esa derrota precipitó lo salida de los militares del gobierno, sin ninguna duda, pero no se puede ningunear la heroica lucha de nuestro pueblo y los organismos de derechos humanos que fueron determinantes para confrontar y desgastar a una dictadura que nunca obtuvo licencia social para matar.
-¿De qué manera se fue trabajando para reconstruir el tejido social que rompió la dictadura?
La Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977 es ilustrativa de lo que se proponía el poder. La destrucción de la organización popular, el desmantelamiento del Estado de Bienestar, la imposición del neoliberalismo para abrir la economía, empobrecer al conjunto de la sociedad y entregar nuestro patrimonio nacional a los monopolios. Tuvo que asesinar a 30.000 compatriotas –muchos de ellos militantes revolucionarios- para poder llevar adelante este macabro plan cuyas consecuencias perduran en el tiempo. Hoy estamos padeciendo medidas antipopulares que traen pérdida de trabajo, baja de salario y entrega de soberanía. La principal herencia que dejó el genocidio del 76 es la pobreza de nuestro pueblo y la dependencia de nuestra Nación.
-¿Entonces?
La CTA desde su nacimiento ha confrontado contra el neoliberalismo durante los gobiernos de Menem y la Alianza; denunció la fenomenal transferencia de ingresos de los asalariados a los grupos hegemónicos bajo la devaluación de Duhalde; alentó las medidas que produjeron una reparación de los derechos sociales conculcados durante los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner; criticó la intervención al INDEC y el veto a la Ley del 82% móvil para los jubilados; apoyó la reestatización de las AFJP, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la política de integración latinoamericana; cuestionó la sanción de la Ley Antiterrorista, el pago al Club de París, la entrega de Vaca Muerta a Chevron y el pago a Repsol; denunció la precarización laboral y las consecuencias de ser “pagadores seriales” de la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa. Hoy se ha puesto a la cabeza de la protesta social contra un gobierno que viene a imponer una restauración oligárquica en toda la línea.
-¿Se puede comparar el plan económico de hoy con el de Martínez de Hoz?
Tienen muchos puntos de contacto. En la época de Martínez de Hoz los funcionarios se ufanaban que para el país daba lo mismo fabricar acero que caramelos y promovían claramente las importaciones en desmedro de la industria nacional y beneficiaban a las exportaciones de materias primas mientras el capitalismo financiero hacia negocios fabulosos a costa del sacrificio popular. Ese modelo de reprimarización de la economía, sojero, extractivista, se ha prolongado en el tiempo. Ayer y hoy los bancos siguen siendo uno de los principales ganadores y la continuidad de Lino Barañao como Ministro de Ciencia y Técnica de la Nación es un ejemplo irrefutable de que ese modelo de dependencia y entrega de soberanía es intocable para los grupos de poder. Además, y no es un detalle menor, todavía rige la Ley de Entidades financieras de Martínez de Hoz. Ningún gobierno democrático se ha animado a meterle mano y proponer una Reforma Financiera.
-¿Bajo qué banderas marchará la CTA este 24 de marzo?
Bajo las banderas históricas de Memoria, Verdad y Justicia, por la apertura de los archivos, el desmantelamiento de los aparatos represivos y de espionaje a las organizaciones populares, la suspensión del pago e investigación de la deuda externa, la defensa de los bienes comunes, el cese de los despidos y suspensiones, el 82% móvil a los jubilados, la igualdad de género. Reivindicamos los derechos humanos de ayer pero reclamamos sin concesiones los derechos humanos de hoy: El hambre, la criminalización de la protesta, el gatillo fácil que mata a nuestros pibes en las barriadas pobres, la falta de acceso a la educación, la salud, la vivienda, la negación de la libertad y democracia sindical, la carencia del derecho al acceso a la información, el injusto reparto de la riqueza. Este año vamos a ser miles en todo el país movilizados para seguir alimentado la esperanza colectiva de recobrar la justicia social.
-Después de 40 años no nos han vencido.
No se puede vencer a un pueblo organizado. Más temprano o más tarde se confirma que resistir es vencer. Y este pueblo resistió con todas sus fuerzas y en todos los frentes. Seguimos levantando las mismas banderas por las que vivieron, militaron y murieron nuestros 30.000 compañeros y denunciando a los autores materiales pero también a los ideólogos del genocidio que permanecen impunes: Los grupos económicos. Vamos a seguir exigiendo basta de femicidio y de seguir matando a nuestros pibes y nuestros viejos. Con ajuste, pobreza y desempleo no hay derechos humanos.
El 24 de marzo de 1976 hubo un genocidio, no fue un golpe de Estado en su acepción tradicional. Y el blanco predilecto del terrorismo de Estado fuimos los trabajadores y los militantes populares. A 40 años que la oligarquía asestara un golpe de gracia al Estado de Bienestar que se había edificado en nuestro país desde mediados de la década del 40; a 20 años de la creación del espacio de Memoria, Verdad y Justicia; a 18 años de la presentación que realizó la CTA ante el Juez Baltasar Garzón, de España, con la denuncia para que se declarara como genocidio el asesinato y desaparición forzada de miles de compatriotas; y a 10 años de la desaparición de Jorge Julio López, este 24 de marzo el pueblo va a inundar las calles de todo el país para reclamar por los derechos humanos de ayer y de hoy.
—¿La visita de Obama en esa fecha es una provocación?
Es una demostración más de la impunidad con la que se maneja el Imperio y la vocación cipaya del Gobierno de Macri. Nos quieren cobrar el “NO al Alca” que le dijimos en la cara a Bush en 2005 en Mar del Plata. Obama llegará a la Argentina después de ser el primer presidente norteamericano en 80 años que visitará Cuba, lo que supone un avance extraordinario para el hermano pueblo cubano en su lucha inclaudicable para terminar con el bloqueo que lleva más de medio siglo. Para el pueblo argentino su visita es repudiada porque constituye una ignominia en tanto y en cuanto su país fue partícipe necesario en el genocidio que perpetró la tiranía oligárquico-militar.
-La llegada del presidente estadounidense es criticada unánimemente por los sectores populares.
Cierto, con una salvedad. Algunos de esos sectores que hoy se desagarran las vestiduras por la visita de Obama no han dicho una palabra de la autorización para que China construya una Base Militar en Neuquén, o contra la entrega a la multinacional Chevron del Yacimiento de Vaca Muerta, ni de las licencias que el gobierno anterior y éste le conceden sin beneficio de inventario a empresas depedradoras de nuestros bienes comunes como la Barrick Gold o Monsanto.
-¿Qué se ha logrado en todos estos años con la lucha popular?
Conseguimos sentar en el banquillo de los acusados a las juntas militares de la dictadura, anular las leyes de Obediencias Debida y Punto Final, hacer carne en nuestro pueblo, y sobre todo en los jóvenes, la defensa hasta el hueso de los derechos humanos, instrumentar los juicios por los delitos de lesa humanidad. Lamentablemente, salvo excepciones, no existe en el Poder Judicial una decisión unívoca de acelerar el proceso y juzgamiento de los genocidas a los que queremos ver en cárceles comunes, sin privilegios de ninguna índole. La lucha infatigable de los trabajadores y las Madres fue fundamental para minar los cimientos de la dictadura hasta su derrocamiento y posterior retorno de la democracia. Es falso que sólo haya sido la Guerra de Malvinas la causal de la caída de la tiranía. Esa derrota precipitó lo salida de los militares del gobierno, sin ninguna duda, pero no se puede ningunear la heroica lucha de nuestro pueblo y los organismos de derechos humanos que fueron determinantes para confrontar y desgastar a una dictadura que nunca obtuvo licencia social para matar.
-¿De qué manera se fue trabajando para reconstruir el tejido social que rompió la dictadura?
La Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977 es ilustrativa de lo que se proponía el poder. La destrucción de la organización popular, el desmantelamiento del Estado de Bienestar, la imposición del neoliberalismo para abrir la economía, empobrecer al conjunto de la sociedad y entregar nuestro patrimonio nacional a los monopolios. Tuvo que asesinar a 30.000 compatriotas –muchos de ellos militantes revolucionarios- para poder llevar adelante este macabro plan cuyas consecuencias perduran en el tiempo. Hoy estamos padeciendo medidas antipopulares que traen pérdida de trabajo, baja de salario y entrega de soberanía. La principal herencia que dejó el genocidio del 76 es la pobreza de nuestro pueblo y la dependencia de nuestra Nación.
-¿Entonces?
La CTA desde su nacimiento ha confrontado contra el neoliberalismo durante los gobiernos de Menem y la Alianza; denunció la fenomenal transferencia de ingresos de los asalariados a los grupos hegemónicos bajo la devaluación de Duhalde; alentó las medidas que produjeron una reparación de los derechos sociales conculcados durante los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner; criticó la intervención al INDEC y el veto a la Ley del 82% móvil para los jubilados; apoyó la reestatización de las AFJP, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la política de integración latinoamericana; cuestionó la sanción de la Ley Antiterrorista, el pago al Club de París, la entrega de Vaca Muerta a Chevron y el pago a Repsol; denunció la precarización laboral y las consecuencias de ser “pagadores seriales” de la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa. Hoy se ha puesto a la cabeza de la protesta social contra un gobierno que viene a imponer una restauración oligárquica en toda la línea.
-¿Se puede comparar el plan económico de hoy con el de Martínez de Hoz?
Tienen muchos puntos de contacto. En la época de Martínez de Hoz los funcionarios se ufanaban que para el país daba lo mismo fabricar acero que caramelos y promovían claramente las importaciones en desmedro de la industria nacional y beneficiaban a las exportaciones de materias primas mientras el capitalismo financiero hacia negocios fabulosos a costa del sacrificio popular. Ese modelo de reprimarización de la economía, sojero, extractivista, se ha prolongado en el tiempo. Ayer y hoy los bancos siguen siendo uno de los principales ganadores y la continuidad de Lino Barañao como Ministro de Ciencia y Técnica de la Nación es un ejemplo irrefutable de que ese modelo de dependencia y entrega de soberanía es intocable para los grupos de poder. Además, y no es un detalle menor, todavía rige la Ley de Entidades financieras de Martínez de Hoz. Ningún gobierno democrático se ha animado a meterle mano y proponer una Reforma Financiera.
-¿Bajo qué banderas marchará la CTA este 24 de marzo?
Bajo las banderas históricas de Memoria, Verdad y Justicia, por la apertura de los archivos, el desmantelamiento de los aparatos represivos y de espionaje a las organizaciones populares, la suspensión del pago e investigación de la deuda externa, la defensa de los bienes comunes, el cese de los despidos y suspensiones, el 82% móvil a los jubilados, la igualdad de género. Reivindicamos los derechos humanos de ayer pero reclamamos sin concesiones los derechos humanos de hoy: El hambre, la criminalización de la protesta, el gatillo fácil que mata a nuestros pibes en las barriadas pobres, la falta de acceso a la educación, la salud, la vivienda, la negación de la libertad y democracia sindical, la carencia del derecho al acceso a la información, el injusto reparto de la riqueza. Este año vamos a ser miles en todo el país movilizados para seguir alimentado la esperanza colectiva de recobrar la justicia social.
-Después de 40 años no nos han vencido.
No se puede vencer a un pueblo organizado. Más temprano o más tarde se confirma que resistir es vencer. Y este pueblo resistió con todas sus fuerzas y en todos los frentes. Seguimos levantando las mismas banderas por las que vivieron, militaron y murieron nuestros 30.000 compañeros y denunciando a los autores materiales pero también a los ideólogos del genocidio que permanecen impunes: Los grupos económicos. Vamos a seguir exigiendo basta de femicidio y de seguir matando a nuestros pibes y nuestros viejos. Con ajuste, pobreza y desempleo no hay derechos humanos.
* Equipo de Comunicación de la CTA