El
presidente del Instituto de Salud laboral y Medio Ambiente (ISLyMA-CTA)
de Córdoba, Eduardo Ahamendaburu, manifestó que la localidad cordobesa
“es el enclave donde Monsanto planea radicar su planta”, con todo lo que
ello implicará para la salud de sus habitantes.
El presidente del Instituto de Salud laboral y Medio Ambiente (ISLyMA-CTA), Eduardo Ahamendaburu habló sobre esta compleja problemática
-Desde la perspectiva de la salud y el cuidado del medio ambiente de trabajo, ¿cuáles son las implicancias de la radicación de Monsanto en Malvinas Argentinas?
Entonces, al castigo de ser una ciudad fumigada le agregamos las consecuencias de la instalación de esta planta de tratamiento de semillas bajo la mentira que va a generar fuentes de empleo genuinos.
Monsanto se radica en los sectores más desposeídos, más desintegrados de esta sociedad.
-¿Qué características tiene la promesa de empleo por parte de Monsanto para los pobladores de Malvinas?
Además el plan de incorporación de empleados a la planta laboral es un plan que se extiende a lo largo del tiempo. Prometen una dotación de 400 empleados pero en un proceso a largo plazo. Después de esta primera etapa, que es la etapa de obra civil de apertura de la planta, la dotación de trabajadores de Malvinas que pueden encontrar trabajo allí es una cantidad bastante chica.
-En la nueva Ley de Riesgos de trabajo ¿está contenida este tipo de actividad?
- En el encuentro sobre salud laboral en Villa Constitución, hace dos años, se mencionaba la falta de posibilidad de registro y control ante el crecimiento de nuevas formas de extractivismo, el trabajo precario y la incorporación de plaguicidas cada vez más potentes que son parte de los instrumentos de trabajo. ¿Cómo viene desarrollándose esa tendencia y qué medidas se toman al respecto?
La Superintendencia de Riesgos de Trabajo da una cifra promedio anual de alrededor de ochocientos cincuenta muertes. En realidad, estudios estadísticos basados en la experiencia internacional, nos dicen que las cifras de muerte por experiencias de trabajo se aproximan a los 7.500.
Esta cifra de la Superintendencia se basa en la muerte evidente, la que no se puede ocultar, por accidentes. Ninguna de las muertes allí contabilizadas es por enfermedades. En Argentina somos el país más sano, desde el punto de vista de que nadie se muere ni nadie se enferma en el trabajo, todo el mundo se accidenta.
Fuente: Ximena Cabral, diario Hoy Día Córdoba
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