Integrantes
de Pueblos Fumigados de esa provincia expresaron su preocupación por lo
que denominan “la profundización del desarrollo de un sistema tóxico”.
También mencionaron que es necesario realizar urgentemente los análisis de mortalidad y morbilidad asociadas a la utilización de agrotóxicos, del mismo modo que exigieron prohibir tanto los lugares donde se depositan estos productos como los de acopio de semillas transgénicas, con el fin de garantizar “la plena salud de los trabajadores y peones rurales”.
El descarte de los envases que contienen los agrotóxicos utilizados para fumigar es de igual manera un tema de importancia entre los vecinos, ya que pidieron que los productores se encarguen de los recipientes, y se investigue a dónde van a parar los mismos en la actualidad.
En este orden, abogaron porque haya un freno a la autorización de los nuevos transgénicos, que se supervisen los ya permitidos y que los alimentos transgénicos contengan la debida identificación. En cuanto a las frutas y hortalizas, solicitaron más controles a fin de detectar la existencia de plaguicidas, para “resguardar el derecho a una alimentación sana y de calidad para todos los habitantes de la provincia de Santa Fe”.
El texto de quienes forman parte de los pueblos fumigados, también pide “la fiscalización y control de las leyes nacionales, provinciales, ordenanzas y resoluciones”; que se reclasifiquen los agrotóxicos de acuerdo a la toxicidad de los mismos y que se fomenten programas de producción agroecológica, en coordinación con organismos nacionales y entidades universitarias.
Finalmente el texto se erige contra la megaminería a cielo abierto, el fracking, los desalojos y la violencia ejercida hacia las comunidades originarias, campesinxs y agricultorxs familiares. Igualmente se opone a la privatización de semillas, fomentada por la multinacional Monsanto y a las fumigaciones que afectan a las escuelas.
Fuente: RedEcoAlternativo
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