Se
podría decir que el año 2013 será muy fácil de predecir. Sólo tenemos
que recordar cómo terminó 2012, y saber que en el marco de los debates
presupuestarios en las provincias, las legislaturas, en algunos casos,
no sólo intentaron llevar adelante leyes de emergencias para ser
consecuentes con los mandamientos del gobierno nacional.
* Director de Organización de la CTA Nacional
Sino que
también hicieron un copio y pego en las leyes de presupuesto,
consolidando una vez más expectativas presupuestarias por debajo de las
necesidades de nuestros distritos y desfinanciando todo aquello que debe
atender políticas sociales y de acción directa por los gobiernos
provinciales, sin olvidarnos de la desafectación de fondos en varias
provincias en áreas como las de salud, niñez y obras publicas.
Con este panorama, sólo nos resta preguntarnos dónde están las acciones de gestión de los gobiernos para procurar saldar la deuda social con nuestro pueblo. Aún más cuando en esos presupuestos ni siquiera se contemplan aumentos salariales a los trabajadores estatales, que son el 73 % del recurso humano necesario para que el estado funcione.
En este contexto, y en el inicio de un año electoral que se viene con fuertes debates dentro y fuera de nuestra clase trabajadora, es que podemos afirmar que nuestro mayor valor agregado consiste en mantener la autonomía de la CTA pero sin ser neutrales en nuestra construcción cotidiana.
Es por ello que podemos decir que la unidad en la acción, convocada por nuestra Central el año pasado, estableció un antes y un después en materia de posicionamiento público de la clase trabajadora. Más aún cuando esa unidad en la acción nos permitió realizar, después de 10 años, un paro general con contundencia y afectación al proceso económico de este gobierno.
Tenemos muy claro que sólo con juntarnos con nuestros pares no alcanza. Hay que ser capaces de enamorar al 80 % del campo popular para generar así una opción de gobierno. Es por ello que a la profundización de nuestra autonomía se suman espacios multisectoriales, que nos permiten diagramar una agenda de debate público, donde no sólo se encuentran las consignas históricas de la CTA, sino que hoy se hacen presentes nuevas experiencias de la clase, como los trabajadores rurales, los pueblos originarios, que juntos a los estatales y los compañeros del sector privado, son el motor del aparato productivo de nuestra Patria.
Lo cierto es que a medida que profundizamos los acuerdos, también nos dimos cuenta que con las cuestiones reivindicativas no alcanzaba. Es así que nos animamos a proponer y poner en debate el modelo extractivista y colonizante de los grandes grupos, y avanzar hacia una Consulta Popular en defensa de nuestra soberanía, diciéndole no a la mega minería y estableciendo claramente que los bienes comunes de nuestro pueblo no deben ser botín de ganancia de ninguna trasnacional.
Esta realidad nos impulsa hacia adelante, donde tendremos que mantener tanto la iniciativa del conflicto como la de la propuesta, para lograr realmente una salida desde lo político. Estamos en inmejorables condiciones para que nuestra central, definitivamente, se consolide desde lo orgánico en materia de representación, con más y mejores compañeros y compañeras que la conduzcan. Como así también, para seguir marcando el ritmo de la agenda política y social de nuestro pueblo, y que de una vez por todas en nuestro país lo urgente sea lo importante.-
Por último, no debemos perder de vista, en el marco de la disputa pública, las diversas luchas que se desarrollan en todo el territorio Nacional. No podemos desatender las situaciones conflictivas que están sucediendo en la provincia de Buenos Aires, donde se ven involucrados trabajadores tanto en el sector privado como del público.
Existe un elefante dormido, que distintos sectores del gobierno han querido subestimar al momento de resolver los problemas básicos de subsistencia de su gente. La misma que demostró que hoy existe un alto grado de movilización ante las propuestas políticas y organizativas que le aseguren conservar los derechos adquiridos en lo largo del tiempo.
Con esta realidad se construyó el paro del 20 de noviembre de 2012, y todas las acciones movilizadas y políticas que marcaron nuestra iniciativa como central de trabajadores, siendo un objetivo principal para estos tiempos, que se sigan expresando los distintos sectores y comiencen a poner en marcha los engranajes de nuestra sociedad, que le den impulso a este elefante dormido que es el Gran Buenos Aires, lugar de residencia del más del 40% de nuestra población.
Inflación, precarización, subordinación, corrupción, represión, criminalización, entre otros, son la marca en el orillo de este modelo de gestión político que nos gobierna. Nuestra propuesta siempre estará del lado de la mayor y mejor distribución, equidad, igualdad, solidaridad y justicia social para nuestro pueblo, y por ello nos sentimos comprometidos en la construcción de un futuro posible de ser vivido con capacidad de gobernarnos a nosotros mismos.
Con este panorama, sólo nos resta preguntarnos dónde están las acciones de gestión de los gobiernos para procurar saldar la deuda social con nuestro pueblo. Aún más cuando en esos presupuestos ni siquiera se contemplan aumentos salariales a los trabajadores estatales, que son el 73 % del recurso humano necesario para que el estado funcione.
En este contexto, y en el inicio de un año electoral que se viene con fuertes debates dentro y fuera de nuestra clase trabajadora, es que podemos afirmar que nuestro mayor valor agregado consiste en mantener la autonomía de la CTA pero sin ser neutrales en nuestra construcción cotidiana.
Es por ello que podemos decir que la unidad en la acción, convocada por nuestra Central el año pasado, estableció un antes y un después en materia de posicionamiento público de la clase trabajadora. Más aún cuando esa unidad en la acción nos permitió realizar, después de 10 años, un paro general con contundencia y afectación al proceso económico de este gobierno.
Tenemos muy claro que sólo con juntarnos con nuestros pares no alcanza. Hay que ser capaces de enamorar al 80 % del campo popular para generar así una opción de gobierno. Es por ello que a la profundización de nuestra autonomía se suman espacios multisectoriales, que nos permiten diagramar una agenda de debate público, donde no sólo se encuentran las consignas históricas de la CTA, sino que hoy se hacen presentes nuevas experiencias de la clase, como los trabajadores rurales, los pueblos originarios, que juntos a los estatales y los compañeros del sector privado, son el motor del aparato productivo de nuestra Patria.
Lo cierto es que a medida que profundizamos los acuerdos, también nos dimos cuenta que con las cuestiones reivindicativas no alcanzaba. Es así que nos animamos a proponer y poner en debate el modelo extractivista y colonizante de los grandes grupos, y avanzar hacia una Consulta Popular en defensa de nuestra soberanía, diciéndole no a la mega minería y estableciendo claramente que los bienes comunes de nuestro pueblo no deben ser botín de ganancia de ninguna trasnacional.
Esta realidad nos impulsa hacia adelante, donde tendremos que mantener tanto la iniciativa del conflicto como la de la propuesta, para lograr realmente una salida desde lo político. Estamos en inmejorables condiciones para que nuestra central, definitivamente, se consolide desde lo orgánico en materia de representación, con más y mejores compañeros y compañeras que la conduzcan. Como así también, para seguir marcando el ritmo de la agenda política y social de nuestro pueblo, y que de una vez por todas en nuestro país lo urgente sea lo importante.-
Por último, no debemos perder de vista, en el marco de la disputa pública, las diversas luchas que se desarrollan en todo el territorio Nacional. No podemos desatender las situaciones conflictivas que están sucediendo en la provincia de Buenos Aires, donde se ven involucrados trabajadores tanto en el sector privado como del público.
Existe un elefante dormido, que distintos sectores del gobierno han querido subestimar al momento de resolver los problemas básicos de subsistencia de su gente. La misma que demostró que hoy existe un alto grado de movilización ante las propuestas políticas y organizativas que le aseguren conservar los derechos adquiridos en lo largo del tiempo.
Con esta realidad se construyó el paro del 20 de noviembre de 2012, y todas las acciones movilizadas y políticas que marcaron nuestra iniciativa como central de trabajadores, siendo un objetivo principal para estos tiempos, que se sigan expresando los distintos sectores y comiencen a poner en marcha los engranajes de nuestra sociedad, que le den impulso a este elefante dormido que es el Gran Buenos Aires, lugar de residencia del más del 40% de nuestra población.
Inflación, precarización, subordinación, corrupción, represión, criminalización, entre otros, son la marca en el orillo de este modelo de gestión político que nos gobierna. Nuestra propuesta siempre estará del lado de la mayor y mejor distribución, equidad, igualdad, solidaridad y justicia social para nuestro pueblo, y por ello nos sentimos comprometidos en la construcción de un futuro posible de ser vivido con capacidad de gobernarnos a nosotros mismos.
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