martes, 25 de junio de 2013

Poder constituyente

La Constituyente Social es una herramienta colectiva que viene alumbrando pacientemente, sin prisa pero sin pausa, en un intento por lograr la mayor síntesis posible de unidad popular para transformar las estructuras injustas de nuestra sociedad. Este ensayo tuvo sus puntos más altos en los encuentros nacionales de Jujuy en 2008 y Neuquén en 2009.


* Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA
En medio de la crisis de representación política que sigue vigente después de la revuelta social de diciembre de 2001, darle carnadura a una nueva institucionalidad que interpele este modelo de democracia restringida se convierte en una oportunidad histórica para debatir un nuevo Proyecto de Nación. Pasado y presente enseñan que tales transformaciones son posibles y necesarias.
Felipe Gallardo, canillita, fue el primer gobernador constitucional de la provincia de Chaco. Su origen humilde no sólo talló con signos indelebles su formación política. También lo dotó de la sensibilidad popular indispensable para convertirse en el artífice de una Constitución Provincial de avanzada en materia de derechos sociales. Al punto que llegó a considerársela la primera Constitución clasista de América del Sur. En 1951 se dictó la ley 14.037 de Provincialización del Chaco y se impulsó la Constitución de una Asamblea Constituyente que estuvo integrada por 30 diputados: 15 de ellos eran trabajadores, los 15 diputados restantes, provenientes de la rama política, eran 8 hombres y 7 mujeres.
El rasgo fundamental de esa Constitución es que modificó el régimen de representación política demoliberal que entiende que sólo los partidos políticos tienen el monopolio de la representatividad política. A tono con lo que se puede verificar en la actualidad, ya en ese entonces se cuestionaba el precepto constitucional según el cual “el pueblo no delibera ni gobierna si no a través de sus representantes”.
El Preámbulo comienza con una novedad: “Nos, los representantes del pueblo trabajador de la Provincia” y no como era de estilo comenzar: “Nos, los representantes del pueblo” a imagen y semejanza de las constituciones salidas del espíritu de la Revolución Francesa.
Los artículos 33 y 118 establecen que habrá una Cámara de Representantes compuesta por 30 miembros (el Chaco tenía en esa época 450.000 habitantes). La elección de 15 representantes provenientes de los listados de los partidos políticos será a pluralidad de votos y por todo el pueblo; y la elección de los otros 15 representantes también a pluralidad de sufragios será sólo votada y compuesta por los ciudadanos que pertenezcan a las entidades profesionales.
Fue así que la Constitución de Chaco fue conocida en su época como "la del doble voto". El voto por el listado partidocrático y el voto por el listado social. Este mecanismo refleja la mayor dimensión participativa que los trabajadores hayan tenido en una Constitución. La intención de esta novedosa disposición constitucional fue poner al alcance del pueblo la representación parlamentaria sin tener que subordinarse a las elites que generalmente manejan el aparato de los partidos políticos.
Respecto a los antecedentes históricos para la redacción de la Constitución de Chaco, es dable señalar que en 1951 visitó el país el dirigente sindical yugoslavo Takel Rusel quien se entrevistó con sus pares de la CGT y con Eva Perón, a los que explicó el sistema constitucional yugoslavo cuyo tinte distintivo era la participación de los trabajadores en el Poder Legislativo a partir de un sistema socialista autogestionario.
No obstante, fue Evita quien dio el mayor impulso político a esta norma afirmando: “Estos representantes (los del listado social) hablarán por la propia boca del territorio. Serán la voz de la tierra, directa y clara. Dirán lo que saben con pleno conocimiento de causa y pedirán lo que en justicia necesitan”. La Constitución de Chaco dejó de regir el 27 de abril de 1956 con motivo del golpe de Estado que derrocó al general Juan Domingo Perón.
Gallardo nació en Santa Fe el 23 de agosto de 1915 y murió el 13 de julio de 1996. De orígenes Yrigoyenistas, abrazó la causa del peronismo y el movimiento obrero desde su condición de trabajador de diferentes oficios. Militancia que le iba a costar cesantías, persecuciones y cárceles.
En agosto de 1952 el Poder Ejecutivo Nacional convocó a elecciones provinciales para el 12 de abril de 1953 para elegir autoridades provinciales, senadores y diputados nacionales. Las elecciones se realizaron con sólo dos listas: una peronista y la otra del Partido Comunista. La fórmula triunfadora fue la encabezada por Felipe Gallardo como Gobernador, acompañado por Deolindo Felipe Bittel como Vicegobernador.
Gallardo gobernó dos años y tres meses. Renunció el 20 de septiembre de 1955 a consecuencia de la “Revolución Fusiladora”. El 6 de octubre del mismo año fue detenido, recobrando su libertad el 23 de diciembre de 1957.
Como casi todos nuestros grandes hombres, defendió y practicó valores como la austeridad, la ética y la solidaridad. Terminó sus días viejo, pobre y olvidado por el discurso oficial.
La Asamblea Nacional de la Constituyente Social que aspiramos a convocar en 2014, bien podría sesionar bajo la advocación de patriotas de la estatura de Arturo Sampay, promotor de la Constitución de 1949, y Felipe Gallardo, impulsor de la revolucionaria Constitución de Chaco.

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