Según
datos recogidos del Indec intervenido, el trabajo en negro afecta a 4,5
millones de trabajadores que no tienen jubilación ni obra social. Pero
si se suma el millón 300 mil hombres y mujeres que están desocupados, el
número asciende al 47%: casi la mitad de la población en edad activa
tiene problemas de trabajo.
Según
los registros del intervenido Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC), el trabajo en negro alcanza al 37,2% de los trabajadores
de todo el país demostrando que desde que el INDEC empezó a medir, esta
realidad social no ha tenido modificaciones.
Los 4,5 millones de trabajadores en negro no tienen aportes jubilatorios, ni obra social y mucho menos aguinaldo y vacaciones pagas, derechos sociales que el movimiento obrero consiguió luego de décadas de lucha y organización.
Dentro de este mapa de la precarización laboral, Chaco cuenta con el índice más preocupante: 51,9% de los trabajadores está en negro. Así como las regiones son dispares en relación al porcentaje de explotación laboral, entre los géneros también hay una marcada diferencia: mientras que el 40,4% de las mujeres no está en blanco, entre los hombres el número es del 34,8%.
Pero detrás de los números están las personas y las familias: si a los 4,5 millones de trabajadores en negro se agrega el 1,3 millón de hombres y mujeres que no tienen trabajo se revela que el 47% de las personas en edad de trabajar tienen problemas de empleo.
Las formas del trabajo en negro varían desde los contratos que ponen de manifiesto la precarización en el sector público (sólo por poner un ejemplo, la mayoría de los trabajadores del Ministerio de Trabajo no están en blanco sino que son contratados) hasta los monotributistas que se pagan sus propios beneficios sociales como la jubilación y la obra social.
Los 4,5 millones de trabajadores en negro no tienen aportes jubilatorios, ni obra social y mucho menos aguinaldo y vacaciones pagas, derechos sociales que el movimiento obrero consiguió luego de décadas de lucha y organización.
Dentro de este mapa de la precarización laboral, Chaco cuenta con el índice más preocupante: 51,9% de los trabajadores está en negro. Así como las regiones son dispares en relación al porcentaje de explotación laboral, entre los géneros también hay una marcada diferencia: mientras que el 40,4% de las mujeres no está en blanco, entre los hombres el número es del 34,8%.
Pero detrás de los números están las personas y las familias: si a los 4,5 millones de trabajadores en negro se agrega el 1,3 millón de hombres y mujeres que no tienen trabajo se revela que el 47% de las personas en edad de trabajar tienen problemas de empleo.
Las formas del trabajo en negro varían desde los contratos que ponen de manifiesto la precarización en el sector público (sólo por poner un ejemplo, la mayoría de los trabajadores del Ministerio de Trabajo no están en blanco sino que son contratados) hasta los monotributistas que se pagan sus propios beneficios sociales como la jubilación y la obra social.
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