Tal como se había anunciado, Yabkowski realizó un certero análisis del complejo médico industrial y de la industria farmacéutica, los dos sectores que se apropian de casi la totalidad de los recursos destinados al Sistema de Salud. Con precisión de cirujano y abundando en ejemplos y comparaciones de acá y el exterior, sostuvo que la Argentina “tiene un alta inversión en Salud, aproximadamente el 10,5 % del PBI, lo que no implica necesariamente una mejora o buena calidad en la prestación del servicio”.
En presencia de numerosos militantes reunidos en un salón del PEAM, ubicado en el Compleo Cultural El Andino, indicó que en materia de salud se detectan tres marchas distintas: una salud para los ricos que tienen recursos para concurrir a la medicina privada, otra para el trabajador en blanco registrado que está contenido en las Obras Sociales Sindicales -de las cuales algunas funcionan bien, otras regular y algunas decididamente mal-, y otra para el trabajador tercerizado, precarizado que no está registrado y, por ende, no cuenta con Obra Social y debe asistir a hospitales públicos colapsados. Son los pobres que se atienden en hospitales pobres. “No hay una política pública de salud nacional sino un sistema anárquico, con hospitales sin insumos y con trabajadores precarizados”, remarcó.
Yabkowski abogó por la implementación de un Sistema Público, Universal e Integral de Salud concebido como un derecho de ciudadanía básico para todos los habitantes de nuestro país, que haga eje en la prevención.
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