En
el marco de las Jornadas de “Ciudadanización” que brinda la Escuela
Primaria y Secundaria de la Cárcel de Rio Cuarto, el 29 de julio se
llevó a cabo una charla-debate dentro de la Unidad Penitenciaria. El eje
principal fue “El Trabajo y sus Problemáticas”.
Para
debatir sobre esta temática tan compleja y puntual para los compañeros
privados de su libertad, se armó un panel en el que estaban
representados la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), el Gobierno
de la Provincia de Córdoba, el Instituto de Capacitación ITEC y la
Central de Trabajadores de la Argentina. Sorpresivamente no estuvieron
presentes los representantes de la Municipalidad de Rio Cuarto, lo que
motivó malestar entre los alumnos que esperaban con ansias de que
alguien del Municipio fuese a la Jornada. Es de destacar que la elección
de los actores del debate estuvo a cargo de los alumnos que cursan sus
estudios en el Establecimiento Penitenciario quienes eligieron a la CTA y
a su secretario General, Federico Giuliani (los compañeros miran los
noticieros locales por TV y trabajan en clases con el diario por lo cual
están informados de lo que sucede afuera) por la permanente presencia
de la Central en la calle y en los conflictos de la ciudad.
Fue un día histórico para los trabajadores, la CTA y Giuliani en particular, ya que es la primera vez que en una instancia de estas características un dirigente del movimiento obrero puede ingresar al Penal para debatir con los compañeros privados de su libertad mano a mano.
En una capilla, que hizo las veces de auditorio, colmada de compañeros que cursan sus estudios en la cárcel, una maestra coordinadora del programa, Claudia Mariel, fue quien presentó a los oradores, siendo la CTA la más aplaudida y reconocida, porque en el imaginario de los internos está la referencia con la lucha y la organización. La modalidad del debate fue una exposición de 20 minutos por Institución para luego pasar a la ronda de preguntas que coordinó muy bien el compañero Leandro, joven alumno que cursa el secundario.
Luego de la exposición de los representantes de la UNRC quienes abrieron el panel de debate, fue el turno de Giuliani quien se puso de pie frente a los presentes para saludarlos afectuosamente en nombre de toda la Central y comenzar diciéndoles muy emocionado que él ya conocía esa cárcel desde muy chico porque visitaba a su padre que había sido preso político durante la última dictadura militar y que había sido alojado en esa Unidad durante un par de años. A continuación, planteó la importancia de este tipo de espacios de discusión porque eran de aprendizajes colectivos, de apropiación de conocimientos y saberes a partir de la experiencia de cada uno de los presentes, la mayoría jóvenes de las barriadas populares, tanto para los que estaban escuchando como para quienes eran oradores, ya que consideró que ese es el espíritu de la educación popular.
Celebró también que los compañeros que se encuentran privados de su libertad estudiaran, ya que la educación es una poderosa herramienta de liberación que logra virtualmente atravesar los pesados muros de la añeja penitenciaria. Ya como parte final de su exposición, puso de manifiesto la realidad que viven los trabajadores, con altos niveles de precarización laboral y desocupación existentes en Rio Cuarto (la capital del trabajo en negro), lo que genera pobreza y marginación llevando a una profunda desigualdad social en donde conviven dos ciudades: una, la de unos pocos (la del boom inmobiliario, las 4x4, los barrios cerrados, los autos lujosos) y la otra, la de la gran mayoría de nuestra gente, que no tienen vivienda, salud, educación, trabajo digno, ni servicios básicos en sus barrios. La ecuación es grosera: uno de cada tres riocuartenses es pobre y uno de cada dos menores de 18 años es pobre. Esta es la fórmula que empuja a la marginalidad y la droga que lleva a que nuestros pibes terminen en la cárcel como forma de la represión sistemática que sufren quienes son estigmatizados por ser “pobres”.
Por eso en su exposición, Giuliani cuestionó fuertemente el Código Contravencional de la Provincia de Córdoba y el accionar represivo de la Policía en los barrios de la ciudad y señaló que no hay que hablar de reinserción, porque quienes están privados de su libertad están dentro de la sociedad, sino de una nueva socialización para buscar la forma concreta de que al salir en libertad, la sociedad que los marginó les dé una oportunidad para volver a ser felices y ahí es en donde el rol del Estado es fundamental. Por eso comprometió a la Universidad y el Gobierno Provincial a ser garantes de ese proceso.
Para cerrar, planteó la necesidad de la organización y la unidad del colectivo para cambiar las injusticias y puso a disposición la estructura y el trabajo de la CTA para brindar talleres de Murga y cursos de Historia del Movimiento Obrero dentro de la currícula del colegio secundario de la cárcel, dejando una puerta abierta para que la Central desarrolle trabajo social dentro del establecimiento.
Luego vinieron las preguntas, con la participación de unos quince compañeros, quienes principalmente se dirigieron a la CTA para ver la forma de organizarse dentro y fuera del penal. Al terminar con aplausos, Federico Giuliani conversó y saludó uno por uno a los más de cincuenta internos que asistieron al debate, llevándose una muestra de afecto y reconocimiento de quienes valoran y reivindican la pelea y militancia cotidiana por una Patria libre, justa y para todos que lleva adelante nuestra CTA.
Fue un día histórico para los trabajadores, la CTA y Giuliani en particular, ya que es la primera vez que en una instancia de estas características un dirigente del movimiento obrero puede ingresar al Penal para debatir con los compañeros privados de su libertad mano a mano.
En una capilla, que hizo las veces de auditorio, colmada de compañeros que cursan sus estudios en la cárcel, una maestra coordinadora del programa, Claudia Mariel, fue quien presentó a los oradores, siendo la CTA la más aplaudida y reconocida, porque en el imaginario de los internos está la referencia con la lucha y la organización. La modalidad del debate fue una exposición de 20 minutos por Institución para luego pasar a la ronda de preguntas que coordinó muy bien el compañero Leandro, joven alumno que cursa el secundario.
Luego de la exposición de los representantes de la UNRC quienes abrieron el panel de debate, fue el turno de Giuliani quien se puso de pie frente a los presentes para saludarlos afectuosamente en nombre de toda la Central y comenzar diciéndoles muy emocionado que él ya conocía esa cárcel desde muy chico porque visitaba a su padre que había sido preso político durante la última dictadura militar y que había sido alojado en esa Unidad durante un par de años. A continuación, planteó la importancia de este tipo de espacios de discusión porque eran de aprendizajes colectivos, de apropiación de conocimientos y saberes a partir de la experiencia de cada uno de los presentes, la mayoría jóvenes de las barriadas populares, tanto para los que estaban escuchando como para quienes eran oradores, ya que consideró que ese es el espíritu de la educación popular.
Celebró también que los compañeros que se encuentran privados de su libertad estudiaran, ya que la educación es una poderosa herramienta de liberación que logra virtualmente atravesar los pesados muros de la añeja penitenciaria. Ya como parte final de su exposición, puso de manifiesto la realidad que viven los trabajadores, con altos niveles de precarización laboral y desocupación existentes en Rio Cuarto (la capital del trabajo en negro), lo que genera pobreza y marginación llevando a una profunda desigualdad social en donde conviven dos ciudades: una, la de unos pocos (la del boom inmobiliario, las 4x4, los barrios cerrados, los autos lujosos) y la otra, la de la gran mayoría de nuestra gente, que no tienen vivienda, salud, educación, trabajo digno, ni servicios básicos en sus barrios. La ecuación es grosera: uno de cada tres riocuartenses es pobre y uno de cada dos menores de 18 años es pobre. Esta es la fórmula que empuja a la marginalidad y la droga que lleva a que nuestros pibes terminen en la cárcel como forma de la represión sistemática que sufren quienes son estigmatizados por ser “pobres”.
Por eso en su exposición, Giuliani cuestionó fuertemente el Código Contravencional de la Provincia de Córdoba y el accionar represivo de la Policía en los barrios de la ciudad y señaló que no hay que hablar de reinserción, porque quienes están privados de su libertad están dentro de la sociedad, sino de una nueva socialización para buscar la forma concreta de que al salir en libertad, la sociedad que los marginó les dé una oportunidad para volver a ser felices y ahí es en donde el rol del Estado es fundamental. Por eso comprometió a la Universidad y el Gobierno Provincial a ser garantes de ese proceso.
Para cerrar, planteó la necesidad de la organización y la unidad del colectivo para cambiar las injusticias y puso a disposición la estructura y el trabajo de la CTA para brindar talleres de Murga y cursos de Historia del Movimiento Obrero dentro de la currícula del colegio secundario de la cárcel, dejando una puerta abierta para que la Central desarrolle trabajo social dentro del establecimiento.
Luego vinieron las preguntas, con la participación de unos quince compañeros, quienes principalmente se dirigieron a la CTA para ver la forma de organizarse dentro y fuera del penal. Al terminar con aplausos, Federico Giuliani conversó y saludó uno por uno a los más de cincuenta internos que asistieron al debate, llevándose una muestra de afecto y reconocimiento de quienes valoran y reivindican la pelea y militancia cotidiana por una Patria libre, justa y para todos que lleva adelante nuestra CTA.
* Equipo de Comunicación de la CTA Río Cuarto
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