"Que
vean en el ejemplo de la causa de Luciano a un grupo de personas que se
animó a denunciar a la policía, a la complicidad política, a la
complicidad judicial y también al silencio de los grandes medios de
comunicación", señaló Vanesa Orieta en una entrevista que desnuda la
complicidad de la Policía con los poderes gubernamentales y judiciales
en la que siempre quedan entrampados los jóvenes de los sectores más
vulnerables de la sociedad.
-Vanesa, contanos en qué estado está la causa de la desaparición de tu hermano
La causa principal próximamente, según pedido de los abogados, va a ser derivada a la Justicia Federal. Nosotros hemos pedido un cambio de instancia porque consideramos que en la justicia de la provincia la causa está paralizada, no tiene apoyo político y no se está investigando la desaparición de Luciano. Por ende queremos que se pase a la instancia federal, que se investigue; y que lo que hoy figura con una carátula de “Investigación de paradero” se caratule como “Desaparición forzada”.
De ahora en más tenemos que esperar la decisión de la Justicia Federal. Si la respuesta que se está haciendo al Juzgado de Garantías N°5 a cargo del juez Gustavo Banco es negativa ya será la Corte Suprema la que decida dónde debe investigarse la causa y bajo qué carátula.
-En estos años, ¿quiénes colaboraron con la investigación y quiénes la entorpecieron?
En un primer momento, la causa se inició como “desaparición forzada” en manos de la Policía Bonaerense. Nosotros dijimos que Luciano en un primer momento nos dijo que un grupo de policías querían que saliera a robar para ellos, como él se negó, a partir de ahí comenzó una serie de detenciones arbitrarias. A pesar de esta denuncia, Roxana Castelli, la fiscal de la Unidad N° 7 de La Matanza que fue la primera en tomar la causa, le dio la investigación a la misma Policía.
De ahí en más, la Policía lo que hizo fue desaparecer definitivamente a Luciano y borrar toda pista que pudiéramos tener para acercarnos al tema. Esta causa durante el tiempo que estuvo en la Justicia provincial se caratuló como “Averiguación de paradero”, se lo buscaba como a un chico perdido y no se dio ningún tipo de acompañamiento de parte del poder político de la provincia de Buenos Aires, a cargo del gobernador Daniel Scioli. Por eso a cuatro años de desaparecido, recién ahora estamos hablando de investigar como “desaparición forzada”.
-¿Ustedes acudieron a instancias de los gobiernos Nacional y Provincial?
Nosotros recurrimos al gobierno provincial desde un primer momento y la respuesta siempre fue negativa. La ausencia del gobierno de la Provincia nos tiene que alarmar a todos como sociedad. Por otro lado, la intención de este cambio a una instancia federal pretende al mismo tiempo un mayor acompañamiento de la causa a nivel nacional.
Empezamos por donde teníamos que empezar, pero creo que el tiempo que esperamos es mayor del que cualquier otra causa parecida debe esperar. Así que de ahora en más lo que pedimos es que a nivel nacional se dé el acompañamiento que se necesita y que se entreguen a la justicia todos los elementos necesarios para poder investigar y encontrar a Luciano. Pero de todos modos consideramos que una causa tan grave como es la desaparición forzada de una persona debe ser tratada a nivel nacional. Hace mucho habíamos pedido una audiencia a la Presidenta de la Nación pero lamentablemente la respuesta a nuestro pedido fue negativa.
-¿No los quiso recibir o no respondió?
Sí, respondieron, pero no nos podían recibir. Para uno es importante en una causa como ésta que los representantes políticos acompañen ya sea pronunciándose ante la causa, acompañando con todos los elementos al aparato oficial para que pueda investigar, pero nosotros estamos haciendo un trabajo desde abajo. Estamos organizándonos en nuestro barrio y estamos luchando. Y proponiéndoles a los familiares que sean víctimas de situaciones similares que se animen a denunciar, que pierdan el miedo, que se organicen y que vean en el ejemplo de la causa de Luciano a un grupo de personas que se animó a denunciar a la policía, a la complicidad política, a la complicidad judicial y también al silencio de los grandes medios de comunicación que no tomaron el caso en el momento en que debían tratarlo para que nosotros pudiéramos encontrarlo.
En definitiva sí, es importante reunirse con nuestros gobernantes, pero si no lo hacen es importante organizar a la sociedad para que empiece a tomar conciencia de las problemáticas que no son tratadas por nuestros gobernantes.
-En estos años de golpear tantas puertas y buscar testimonios que pudieran ayudar a la investigación, ¿llegaron a aproximarse a alguna hipótesis sobre lo que pasó con Luciano?
Sí, nosotros hablamos con Luciano tiempo antes de que lo detuvieran y nos contó que un grupo de policías le estaba proponiendo salir a robar para ellos, que le ofrecían armas, vehículo, liberación de la zona, garantías en el caso de quedar detenido. Le recordaron también que era menor de edad, que no iba a tener inconvenientes y que así como entraba iba a salir.
A partir de la negativa de mi hermano a salir a robar empezaron a detenerlo sistemáticamente por averiguación de antecedentes, a pesar de que Luciano era menor de edad y la averiguación de antecedentes se puede hacer por teléfono, es algo muy sencillo pero igual lo llevaban detenido. Lo encerraban en una celda común, en algunos casos llamaban a la familia, en otros la llamaban tarde cuando ya todo el procedimiento era irregular.
A Luciano en todos los momentos de detención lo golpearon y lo amenazaron de muerte. Una de las detenciones más graves fue la del 22 de septiembre de 2008, sobre esta se abrió una causa paralela a la causa principal. En esa oportunidad mi mamá y yo tuvimos la posibilidad de ir a buscarlo y escuchar cómo lo golpeaban y los gritos desesperados de mi hermano para que lo sacáramos de ese lugar. Como tuvimos la posibilidad de estar en ese momento y ver y oír en carne propia lo que estaba pasando con Luciano, esto permitió que hoy sea parte de esta causa.
La desaparición del 31 de enero viene a cerrar una serie de hechos que tienen que ver con la delincuencia, con una delincuencia manejada por la misma policía, que tiene que ver con mucha violencia y maltrato de la policía que definitivamente tenía que tapar estos hechos. Y bueno, para eso tenían que hacer desaparecer a una persona que sabía mucho de estos entramados que tienen que ver con el abuso de poder y la utilización de jóvenes pobres para redes delictivas.
-Tengo entendido que cuando reclamaban por la aparición de tu hermano, tuvieron algún incidente con vecinos de la zona que reclamaban por seguridad. ¿Cómo ves está cuestión de que la gente pida más policía cuando es la responsable de la inseguridad?
A mi familia y a mí nos tocó vivir la “realidad real”, la verdadera realidad, esa que sufrimos los pobres cuando sectores más acomodados de la sociedad piden más seguridad para ellos. A nosotros nos tocó sufrir esto con la desaparición de Luciano, concretamente, cuando nosotros llamamos a la sociedad a tomar conciencia sobre los pedidos de más seguridad lo hacemos de esta forma. El Destacamento de Lomas del Mirador al que llevaron a mi hermano y donde estuvo por última vez, se inauguró en el año 2007. Se inauguró precisamente por un pedido de seguridad de un grupo de vecinos nucleados en el foro de seguridad . La policía de este destacamento, al año le estaba ofreciendo a mi hermano salir a robar para ellos y liberar esa zona donde vivían esos vecinos que pedían esa seguridad, ese destacamento.
A mi hermano no lo iban a mandar a robar a un barrio pobre, lo iban a mandar a un barrio en el que pudiera robar cosas de valor. Al año siguiente -estamos hablando de 2009- a dos años de inaugurado este destacamento estaban desapareciendo a mi hermano y ya se estaban denunciando otros hechos muy graves de violencia dentro de este lugar.
En La Matanza tenemos mucha seguridad de esa que pide cierto sector de la sociedad, nosotros, los barrios pobres del Conurbano somos controlados por la Bonaerense, conocida como la “maldita bonaerense”, por la Bonaerense 2, por la Policía Municipal, por la Gendarmería, pero esas cuatro fuerzas todavía no pudieron solucionar el tema de la inseguridad.
Yo creo que la clave estaría en pedirle a nuestros gobernantes que piensen más políticas sociales de inclusión, con las que realmente los jóvenes de los barrios pobres puedan participar de un proyecto. En el barrio necesitamos todo, vivienda digna donde poder hacer nuestras tareas, donde poder dormir. Necesitamos llevar a nuestros hijos a colegios donde puedan aprender, colegios dignos con instalaciones preparadas para poder enseñar a los pibes de los barrios más humildes. Necesitamos acceso a la salud, médicos, insumos en los hospitales. Se necesitan un montón de cosas y creo que es ahí donde hay que hacer foco y no tratando de controlar los barrios con diferentes fuerzas.
Porque eso realmente es discriminación. A pesar de que muchos no quieran ver esa realidad, gran parte de la sociedad en algún punto está naturalizando el control sobre los barrios y sobre los pobres, cuando en definitiva y sin darse cuenta también están discriminándonos.
- Vanesa Orieta - Hermana Luciano Arruga
-Vanesa, contanos en qué estado está la causa de la desaparición de tu hermano
La causa principal próximamente, según pedido de los abogados, va a ser derivada a la Justicia Federal. Nosotros hemos pedido un cambio de instancia porque consideramos que en la justicia de la provincia la causa está paralizada, no tiene apoyo político y no se está investigando la desaparición de Luciano. Por ende queremos que se pase a la instancia federal, que se investigue; y que lo que hoy figura con una carátula de “Investigación de paradero” se caratule como “Desaparición forzada”.
De ahora en más tenemos que esperar la decisión de la Justicia Federal. Si la respuesta que se está haciendo al Juzgado de Garantías N°5 a cargo del juez Gustavo Banco es negativa ya será la Corte Suprema la que decida dónde debe investigarse la causa y bajo qué carátula.
-En estos años, ¿quiénes colaboraron con la investigación y quiénes la entorpecieron?
En un primer momento, la causa se inició como “desaparición forzada” en manos de la Policía Bonaerense. Nosotros dijimos que Luciano en un primer momento nos dijo que un grupo de policías querían que saliera a robar para ellos, como él se negó, a partir de ahí comenzó una serie de detenciones arbitrarias. A pesar de esta denuncia, Roxana Castelli, la fiscal de la Unidad N° 7 de La Matanza que fue la primera en tomar la causa, le dio la investigación a la misma Policía.
De ahí en más, la Policía lo que hizo fue desaparecer definitivamente a Luciano y borrar toda pista que pudiéramos tener para acercarnos al tema. Esta causa durante el tiempo que estuvo en la Justicia provincial se caratuló como “Averiguación de paradero”, se lo buscaba como a un chico perdido y no se dio ningún tipo de acompañamiento de parte del poder político de la provincia de Buenos Aires, a cargo del gobernador Daniel Scioli. Por eso a cuatro años de desaparecido, recién ahora estamos hablando de investigar como “desaparición forzada”.
-¿Ustedes acudieron a instancias de los gobiernos Nacional y Provincial?
Nosotros recurrimos al gobierno provincial desde un primer momento y la respuesta siempre fue negativa. La ausencia del gobierno de la Provincia nos tiene que alarmar a todos como sociedad. Por otro lado, la intención de este cambio a una instancia federal pretende al mismo tiempo un mayor acompañamiento de la causa a nivel nacional.
Empezamos por donde teníamos que empezar, pero creo que el tiempo que esperamos es mayor del que cualquier otra causa parecida debe esperar. Así que de ahora en más lo que pedimos es que a nivel nacional se dé el acompañamiento que se necesita y que se entreguen a la justicia todos los elementos necesarios para poder investigar y encontrar a Luciano. Pero de todos modos consideramos que una causa tan grave como es la desaparición forzada de una persona debe ser tratada a nivel nacional. Hace mucho habíamos pedido una audiencia a la Presidenta de la Nación pero lamentablemente la respuesta a nuestro pedido fue negativa.
-¿No los quiso recibir o no respondió?
Sí, respondieron, pero no nos podían recibir. Para uno es importante en una causa como ésta que los representantes políticos acompañen ya sea pronunciándose ante la causa, acompañando con todos los elementos al aparato oficial para que pueda investigar, pero nosotros estamos haciendo un trabajo desde abajo. Estamos organizándonos en nuestro barrio y estamos luchando. Y proponiéndoles a los familiares que sean víctimas de situaciones similares que se animen a denunciar, que pierdan el miedo, que se organicen y que vean en el ejemplo de la causa de Luciano a un grupo de personas que se animó a denunciar a la policía, a la complicidad política, a la complicidad judicial y también al silencio de los grandes medios de comunicación que no tomaron el caso en el momento en que debían tratarlo para que nosotros pudiéramos encontrarlo.
En definitiva sí, es importante reunirse con nuestros gobernantes, pero si no lo hacen es importante organizar a la sociedad para que empiece a tomar conciencia de las problemáticas que no son tratadas por nuestros gobernantes.
-En estos años de golpear tantas puertas y buscar testimonios que pudieran ayudar a la investigación, ¿llegaron a aproximarse a alguna hipótesis sobre lo que pasó con Luciano?
Sí, nosotros hablamos con Luciano tiempo antes de que lo detuvieran y nos contó que un grupo de policías le estaba proponiendo salir a robar para ellos, que le ofrecían armas, vehículo, liberación de la zona, garantías en el caso de quedar detenido. Le recordaron también que era menor de edad, que no iba a tener inconvenientes y que así como entraba iba a salir.
A partir de la negativa de mi hermano a salir a robar empezaron a detenerlo sistemáticamente por averiguación de antecedentes, a pesar de que Luciano era menor de edad y la averiguación de antecedentes se puede hacer por teléfono, es algo muy sencillo pero igual lo llevaban detenido. Lo encerraban en una celda común, en algunos casos llamaban a la familia, en otros la llamaban tarde cuando ya todo el procedimiento era irregular.
A Luciano en todos los momentos de detención lo golpearon y lo amenazaron de muerte. Una de las detenciones más graves fue la del 22 de septiembre de 2008, sobre esta se abrió una causa paralela a la causa principal. En esa oportunidad mi mamá y yo tuvimos la posibilidad de ir a buscarlo y escuchar cómo lo golpeaban y los gritos desesperados de mi hermano para que lo sacáramos de ese lugar. Como tuvimos la posibilidad de estar en ese momento y ver y oír en carne propia lo que estaba pasando con Luciano, esto permitió que hoy sea parte de esta causa.
La desaparición del 31 de enero viene a cerrar una serie de hechos que tienen que ver con la delincuencia, con una delincuencia manejada por la misma policía, que tiene que ver con mucha violencia y maltrato de la policía que definitivamente tenía que tapar estos hechos. Y bueno, para eso tenían que hacer desaparecer a una persona que sabía mucho de estos entramados que tienen que ver con el abuso de poder y la utilización de jóvenes pobres para redes delictivas.
-Tengo entendido que cuando reclamaban por la aparición de tu hermano, tuvieron algún incidente con vecinos de la zona que reclamaban por seguridad. ¿Cómo ves está cuestión de que la gente pida más policía cuando es la responsable de la inseguridad?
A mi familia y a mí nos tocó vivir la “realidad real”, la verdadera realidad, esa que sufrimos los pobres cuando sectores más acomodados de la sociedad piden más seguridad para ellos. A nosotros nos tocó sufrir esto con la desaparición de Luciano, concretamente, cuando nosotros llamamos a la sociedad a tomar conciencia sobre los pedidos de más seguridad lo hacemos de esta forma. El Destacamento de Lomas del Mirador al que llevaron a mi hermano y donde estuvo por última vez, se inauguró en el año 2007. Se inauguró precisamente por un pedido de seguridad de un grupo de vecinos nucleados en el foro de seguridad . La policía de este destacamento, al año le estaba ofreciendo a mi hermano salir a robar para ellos y liberar esa zona donde vivían esos vecinos que pedían esa seguridad, ese destacamento.
A mi hermano no lo iban a mandar a robar a un barrio pobre, lo iban a mandar a un barrio en el que pudiera robar cosas de valor. Al año siguiente -estamos hablando de 2009- a dos años de inaugurado este destacamento estaban desapareciendo a mi hermano y ya se estaban denunciando otros hechos muy graves de violencia dentro de este lugar.
En La Matanza tenemos mucha seguridad de esa que pide cierto sector de la sociedad, nosotros, los barrios pobres del Conurbano somos controlados por la Bonaerense, conocida como la “maldita bonaerense”, por la Bonaerense 2, por la Policía Municipal, por la Gendarmería, pero esas cuatro fuerzas todavía no pudieron solucionar el tema de la inseguridad.
Yo creo que la clave estaría en pedirle a nuestros gobernantes que piensen más políticas sociales de inclusión, con las que realmente los jóvenes de los barrios pobres puedan participar de un proyecto. En el barrio necesitamos todo, vivienda digna donde poder hacer nuestras tareas, donde poder dormir. Necesitamos llevar a nuestros hijos a colegios donde puedan aprender, colegios dignos con instalaciones preparadas para poder enseñar a los pibes de los barrios más humildes. Necesitamos acceso a la salud, médicos, insumos en los hospitales. Se necesitan un montón de cosas y creo que es ahí donde hay que hacer foco y no tratando de controlar los barrios con diferentes fuerzas.
Porque eso realmente es discriminación. A pesar de que muchos no quieran ver esa realidad, gran parte de la sociedad en algún punto está naturalizando el control sobre los barrios y sobre los pobres, cuando en definitiva y sin darse cuenta también están discriminándonos.
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