Tenemos el placer y el orgullo de contarles que este martes 13 nos
estará visitando en nuestra ciudad la querida y gran compañera Norita
Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo perteneciente a la línea fundadora. Los
esperamos e invitamos a participar de está charla que será imperdible.
¿Quién es Norita?
Es una militante y defensora de DDHH, Cofundadora de Madres de Plaza de Mayo. Su hijo Gustavo, militante peronista fue detenido-desaparecido el 15 de abril de 1977, cuando trabajaba en el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) por parte de miembros de las fuerzas armadas.
En palabras de Norita " Nací en Buenos
Aires, Argentina. Parí dos hijos. Uno de ellos, Gustavo, está
desaparecido. No hace mucho tiempo atrás, murió mi esposo. Mi matrimonio
duró 50 años. Yo fui una mujer tradicional, una señora del hogar. Me
casé muy joven. Mi marido era un hombre patriarcal, él quería que me
dedicase a la vida familiar. En ese entonces yo era profesora de alta
costura y trabajaba sin salir de mi casa, enseñándole a muchas jóvenes a
coser. Vivía todo muy naturalmente, como me habían educado mis padres.
Sabía de la militancia política de Gustavo y de su trabajo solidario en
barrios humildes. El no nos ocultaba nunca nada. Se casó siendo un
muchacho, cuando estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad de
Buenos Aires. Tenía 24 años, una esposa y un hijo muy pequeño. Lo
desaparecieron el l5 de abril de l977. Salió una mañana fría y no llegó
más. Lo secuestraron en la estación de tren, mientras iba camino a su
trabajo. Esa noche un operativo militar y policial allanó mi casa, en
donde estaba mi nuera. Afortunadamente, a ella no le hicieron nada. Fue
un milagro teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, al no
encontrar a la persona buscada se llevaban a cualquier familiar en
represalia.
A partir de ese momento comenzó una larga peregrinación por encontrar a
Gustavo. Enviamos cartas al Papa, presentamos recursos de habeas corpus
en los juzgados; recorrimos iglesias, dependencias oficiales,
cuarteles, morgues, organismos de derechos humanos y visitamos a
políticos, periodistas, intelectuales, curas y militares. Sólo queríamos
que nos dijesen la verdad. Aunque, lo que relaté es lo único que
pudimos saber de él en todo este tiempo. Hasta ahora no tengo otra
información.
Perder un hijo es siempre una tragedia pero hay que elaborarlo para no
quedar prendida en ese laberinto y poder ayudar a quienes están en la
misma situación. La soledad nunca es una buena receta si se quiere saber
la verdad. Siempre se consideró que el duelo debía hacerse de puertas
para adentro. Antes, las mujeres se encerraban en su dolor y quedaban
prisioneras de la angustia.
Nosotras ya no somos madres de un solo hijo, somos madres de todos los
desaparecidos. Nuestro hijo biológico se transformó en 30.000 hijos. Y
por ellos parimos una vida totalmente política y en la calle. Los
seguimos acompañando, pero no de la misma manera como cuando estaban con
nosotras: revalorizamos la maternidad desde un lugar público. Somos
Madres a las que se nos sumó un nuevo rol y en muchos de los casos no
estábamos preparadas para ello.
(Testimonio extraído del ensayo “El Movimiento de Madres de Plaza de
Mayo” de Mabel Bellucci en Fernanda Gil Lozano y otras (compiladoras)
Historia de las Mujeres en la Argentina. Tomo II. Editorial Siglo XX,
2000).
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