Lo dijo el ex detenido político cordobés,
director de Tiempo Latinoamericano y militante de los derechos humanos,
Luis Baronetto, quien brindó una charla en la ciudad por los 40 años del
crimen de Monseñor Angelelli. Sostuvo que sólo la movilización social
puede contrarrestarlo.
“Hay
que plantar una fuerte marca sobre el fallo de la megacausa de La
Perla, para afianzar una política de derechos humanos que corre el
riesgo de ser disminuida”, manifestó el ex-preso político y referente
Luis Baronetto. Esa es la consigna que siguen muchas de las
organizaciones que presenciarán la sentencia, hoy, en la ciudad de
Córdoba. Baronetto sostiene que sólo la movilización social ahuyentará
los peligros que ve en la gestión del presidente Macri, bajo la cual la
Justicia concedió beneficios de prisión domiciliaria para represores.
Baronetto participó el martes por la noche de una conferencia a 40 años
del asesinato de Monseñor Angelelli, organizada por la CTA Autónoma, con
la presencia del obispo Adolfo Uriona.
En diálogo con este diario, este cordobés, ex
preso político y biógrafo del prelado que murió el 4 de agosto de 1976,
se refirió a la actualidad de las políticas de Derechos Humanos.
-Los 40 años del asesinato de
Angelelli llegan justo en una coyuntura en la que el Gobierno nacional
tiene una avanzada en el tema de derechos humanos, con la prisión
domiciliaria a represores y por otro lado la proximidad del veredicto de
la megacausa de La Perla.
En
Córdoba, esto ha movilizado a los organismos, al mismo Gobierno y a los
sindicatos, porque entendemos que hay que plantar con fuerte referencia
este fallo que se va a conocer en breve. Significa afianzar una
política que corre el riesgo de ser disminuida. No hay que perder de
vista que la próxima gran causa por delitos de la dictadura es la que se
conoce como la de “Los Magistrados”, en la que hay 6 jueces imputados
por complicidad con la dictadura militar. Justamente, la presión de la
corporación judicial hace temer que se enfríe el entusiasmo de la
Justicia por hacer justicia. Hay que reafirmar la voluntad política de
llevar adelante los juicios para que no reine la impunidad, porque
además existen muchas otras causas de este tipo que todavía no han
llegado a esta instancia.
-¿Por qué el gobierno de Macri quiere
bajarle el perfil a los procesos judiciales donde se investigan los
crímenes de la dictadura?
Los
empresarios son los que se beneficiaron con la dictadura, porque el
terrorismo de Estado se financió por las corporaciones empresariales,
que a cambio recibían prebendas. Eso quedó demostrado. No estamos
seguros de que la Justicia avance en este sentido cuando hay un Gobierno
que es justamente de empresarios. Si uno escucha al Presidente, que
bastardeó el número de los desaparecidos y tuvo varias expresiones que
menoscaban a los derechos humanos. Y lo mismo el ministro de Justicia de
la Nación. Si no hay una fuerza popular que se exprese a través de los
organismos, los sindicatos y los partidos políticos, estas banderas no
se van a estar llevando adelante. Soy optimista en el sentido de que no
se podrían haber realizado estos juicios sin la movilización de la gente
desde antes del regreso de la democracia, con la lucha de las Madres de
Plaza de Mayo. Cuando el pueblo está en la calle, se puede avanzar.
-Angelelli
representa el ala progresista de la Iglesia Católica, pero también hubo
otro sector que fue cómplice de la dictadura que lo asesinó. ¿Cómo se
entiende esto?
Hubo
una Iglesia que legitimó desde su cúpula a la dictadura, con Tortolo y
Primatesta a la cabeza del Episcopado. Pero también hubo otra, la que
tuvo sus obispos, sacerdotes y laicos que fueron perseguidos y mártires.
Nosotros hemos reivindicado a Monseñor Angelelli porque nos
identificamos con él, así como denunciamos la complicidad de la otra
parte de la Iglesia, que tuvo un brazo activo a través de los 400
capellanes y del vicario castrense Bonamin, que llegó al extremo de
justificar la tortura como un mal menor frente a la pena de muerte.
También hay que decir que hace ya 10 años el Episcopado encaró un camino
de reparación histórica, cuando Bergoglio planteó crear una comisión
para investigar la muerte de Angelelli, lo que tuvo resultados
positivos, porque hay muchos más obispos que se identifican hoy con las
posturas comprometidas con los sectores populares. En este sentido, el
hecho de que luego se convirtió en Papa ayudó en el juicio por el
asesinato, porque aportó documentación que la Nunciatura iiplomática
argentina no había presentado. Creo que hoy existen muchos más obispos
que se animan a seguir un camino similar al de Angelelli, en un contexto
diferente.
-¿Por qué lo asesinaron?
Angelelli
realizó su acción pastoral desde que volvió de Roma en el ‘53, año en
el que estuvo en Río Cuarto junto a los jóvenes y los trabajadores. Ese
vínculo con los obreros se fue profundizando mientras fue obispo
auxiliar de Córdoba y después en La Rioja, donde fomentó la organización
popular, algo que los poderosos feudales del lugar no toleraron.
Quisieron removerlo en el ‘73 pero no lo lograron porque lo apoyó Pablo
VI, pero sí encontraron un brazo ejecutor del crimen el 4 de agosto del
‘76.
-¿La Iglesia silenció el ejemplo de Angelelli?
Es
así. Hubo 40 años de silenciamiento, de persecuciones solapadas y de
fomentar un espiritualismo descomprometido en todas las iglesias y
parroquias. Esto para nada hace honor al cristianismo, cuyo fundador fue
un preso político, un crucificado por el Imperio Romano. La misma
Iglesia olvidó sus orígenes, porque en su propia raíz está la
inclinación a proponer un cambio de las situaciones de injusticia,
pobreza y hambre. Todo lo contrario a lo que ha legitimado desde que se
convirtió en una institución, en el año 313.
Desde allí fue un instrumento para legitimar
al poder de turno y de la propiedad privada, contra la doctrina de Santo
Tomás de Aquino, que sostuvo que los bienes tienen una destinación
universal. Se intentó revertir esto en un concilio que fue del año 1962
al 1965, en paralelo a la conferencia de ejércitos americanos de 1964 en
West Point, donde Onganía expuso la teoría de las fronteras ideológicas
que años más tarde derivaría en la doctrina de la seguridad nacional.
Desde entonces, cuando tomaba fuerza en la Iglesia la línea de la
renovación, aumentaba la represión que terminó en el terrorismo de
Estado aplastando a este sector progresista.
“Hay una ofensiva contra los derechos”
El
dirigente de CTA Autónoma, Federico Giuliani, destacó la realización de
actividades vinculadas con los derechos humanos en vísperas del juicio
de La Perla y en la coyuntura actual.
“La idea es profundizar la discusión en torno a
la directriz que tiene el cristianismo de base, que es la de estar al
lado de los más pobres, con los trabajadores que hoy la estamos pasando
mal”, señaló Federico Giuliani, secretario de la CTA.
“En este sentido, creemos que es una
iniciativa importante de la CTA, en un momento delicado en el cual el
Gobierno nacional tiene una ofensiva en contra de las políticas de
derechos humanos y una clara voluntad política de avasallar los derechos
laborales”, detalló el dirigente sindical.
"Río Cuarto no es tan sólo la ’Capital del
Trabajo en Negro? sino una de las cinco ciudades del país con mayor
índice de desocupación. Es una ciudad desigual, donde unos pocos tienen
mucho y muchos tenemos muy poco", remató el secretario General de la CTA
riocuartense.
El martes a la noche, en el salón de ISMI,
Luis Baronetto dio una conferencia a 40 años del asesinato de Monseñor
Angelelli, organizado por la CTA, junto con el Obispado.
Fuente: www.puntal.com.ar
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