sábado, 24 de enero de 2015

Los trapitos ya tienen su propio lavadero



Con el apoyo de la Municipalidad y la CTA, seis de los trapitos que trabajan en la Plaza Olmos montaron un lavadero de autos en cercanías del Andino. Esperan realizar algunas reformas y que se convierta en un “lavadero modelo” que pueda incluir también a otros trabajadores.
Tras la polémica por la prohibición a los trapitos para que siguieran lavando autos en la Plaza Olmos, un grupo de ellos se organizaron y pusieron en funcionamiento un lavadero en las inmediaciones del Andino.
Se trata de un microemprendimiento que, con el apoyo de la Municipalidad y la CTA, reúne a seis de los 28 trabajadores que se desempeñaban en la Plaza Olmos.
“Nos hemos organizado en dos turnos, trabajamos entre las 8 y las 14 y desde las 14 a las 20″, indicó uno de los trabajadores, quien además señaló que esperan poder seguir incluyendo otros trabajadores a partir de las reformas que la Municipalidad llevará adelante para que se convierta en un “lavadero modelo”.
Desde el área de Promoción Social, Gonzalo Parodi aseguró que el microemprendimiento genera la posibilidad de que se formalice la situación de los trapitos y adelantó que desde la Municipalidad existe el compromiso de que la planta de automotores pueda ser asistida en el lavadero.
Trapitos: “El mejor lavadero de Río Cuarto va a ser este”
Después de varios meses de disputa, los cuidacoches de la Municipalidad lograron abrir su propio lavadero de autos. El jueves firmaron el contrato que les permitirá tener un trabajo digno y ordenado
El lugar por sí solo no dice mucho: una puerta de chapa, un caminito de tierra y, en el fondo, lo que parece ser un viejo y venido abajo taller mecánico. Sin embargo, sus actuales “inquilinos” -que en realidad no pagan alquiler- lo pintan diferente. “Vamos a cambiar el techo”, dice uno señalando a lo que ahora parece un gran colador de chapa sostenido por unos cuantos palos en estado de putrefacción. “Va a llegar hasta acá (marca una línea imaginaria con las manos), y desde acá (después del techo) tenemos que poner una media sombra”, agrega el otro. 
El uno y el otro, en realidad, son los hermanos Gastón (26) y Marcos (25) Márquez, dos de los antiguos y polémicos “trapitos de la Municipalidad” que esta semana concretaron la idea de tener su propio lavadero de autos. La principal ayuda vino por parte de funcionarios municipales con quienes estuvieron enfrentados durante varios meses, en una lucha que incluyó marchas y protestas en el centro de la ciudad y generó opiniones divididas entre los riocuartenses. 
“Abrimos el lunes pero ayer se firmó el acuerdo”, explicó el hermano mayor. Y aunque sólo cuentan con el espacio físico, una hidrolavadora industrial, una aspiradora y algunos productos de limpieza, en estos cinco días atendieron a sus primeros clientes. El jueves, por ejemplo, cada uno de los 6 trapitos que lleva adelante este emprendimiento logró recaudar 100 pesos, un número que aparentemente los convence para esta primera semana de trabajo. 
Claro está que estas cifras no se asemejan en nada a lo que ganaban en la Municipalidad: alrededor de 800 diarios cada uno. No obstante, ellos aseguran que prefieren tener su propio lugar de trabajo. Además, los “trapitos” planean crear convenios con organismos públicos como la Municipalidad, Emos y Epec para lavar periódicamente los vehículos que les pertenecen y así asegurarse un ingreso mensual relativamente estable. 
Por el momento, los precios del “Lavadero del Andino” (como versa el cartel del bulevar Ameghino al 1200) no están establecidos. Pero Marcos calcula que cobrarán 80 pesos el lavado y aspirado de los autos, mientras que el mismo trabajo en camionetas rondará los 100 pesos. 
“Todos pensaron que agarramos esto para desaprovecharlo”, comentó Gastón. Sin embargo, en sus palabras y en sus rostros se puede apreciar bastante entusiasmo, sobre todo cuando hablan de las refacciones que tendrán que hacer en el lugar con los materiales que les proporcione el Estado. “Al espacio que tenemos lo vamos a usar todo”, aseguró el menor de los Márquez. En tanto, la mano de obra correrá por su cuenta, al igual que los folletos, tarjetas y bolsas de tela que usarán para publicitar la pequeña empresa. Si bien los hermanos son conscientes de la imagen que los riocuartenses tienen de los trapitos, ellos manifiestan que siempre tuvieron “ganas de laburar”, sólo les “faltaba la oportunidad”. Por eso, hoy dicen convencidos: “El mejor lavadero de Río Cuarto va a ser este”.

Fuentes: Telediario Digital, Puntal.



No hay comentarios:

Publicar un comentario