La primera audiencia pública que se celebró en el país sobre
el modelo de los agronegocios no dejó dudas de que el modo de producción
agrícola que se viene imponiendo desde hace casi 20 años en Argentina y América
Latina ya es obsoleto, y que la alternativa de la agroecología empieza a ser el
inevitable camino a seguir.
El pasado martes 10 de septiembre en el Concejo Deliberante
de Río Cuarto la sociedad debatió las implicancias del modelo de producción
agraria vigente. Después de una larga lucha de la Asamblea Río Cuarto Sin
Agrotóxicos, casi 70 expositores de la ciudad, la provincia y el país hicieron
escuchar su opinión a lo largo de una larga e intensa jornada en la que se
arrimaron a participar alrededor de 400 personas.
Esta instancia no solo tuvo la legalidad que le da el hecho
de haberse realizado en el ámbito formal y público del Concejo Deliberante sino
que también adquirió una gran legitimidad por la presencia de los más diversos
actores sociales e institucionales: partidos políticos, organizaciones
sociales, sindicatos, gobierno de la Provincia, Universidad Nacional de Río Cuarto,
corporaciones del agro, Colegio de Ingenieros Agrónomos, escuelas, vecinos y
vecinas.
A lo largo de nueve horas se vivió una confrontación de
argumentos entre, por un lado, las corporaciones del agro que defienden y se
benefician del modelo extractivista y, por otro lado, vecinas y vecinos que
sufren sus consecuencias, profesionales que vienen denunciando sus implicancias
para la salud y el ambiente y organizaciones, instituciones y agricultores que
proponen otro modo de producir.
Intereses de pocos
vs. argumentos de muchos
Durante sus exposiciones, representantes de Sociedad Rural,
CREA, CARTEZ, la Cámara de Empresas Agroaéreas de Córdoba y el Colegio de
Ingenieros Agrónomos reconocieron que los agrotóxicos no son inocuos pero se
aferraron a la nefasta Ley de Agroquímicos de la provincia y a la obsoleta
clasificación de Senasa para defender las fumigaciones.
Repitieron sus típicos argumentos de que no se puede
producir de otra manera, que hay que alimentar al mundo y que todo se soluciona
con las Buenas Prácticas Agrícolas. Para ilustrar la falta solidez de sus
disertaciones, podemos retomar la presentación del representante de la
Asociación de Ingenieros Agrónomos del Sur de Córdoba Francisco Demarchi, que
empezó sosteniendo que la palabra agrotóxicos no puede usarse porque no figura
en la Real Academia Española y terminó recurriendo a una cita de la iglesia
católica para avalar el modelo de los agronegocios.
Por otro lado, a lo largo de toda la audiencia pública a
través de una gran diversidad de exposiciones y argumentos quedó demostrada la obsolescencia
de un modelo que viene generando terribles consecuencias en la salud, el
ambiente y la sociedad, dejando sólo beneficios económicos para unos pocos.
Los momentos más emotivos y humanos del día se concentraron
en las exposiciones de las vecinas directamente afectadas por las fumigaciones.
“Si no son peligrosos los agrotóxicos, ¿por qué fumigan de noche?”, se preguntaron
las dos nenas de 9 años de la escuela primaria periurbana Eva Duprat, ubicada
justo al frente de un campo históricamente pulverizado.
Las muertes y las enfermedades que describieron las Madres
de Ituzaingó en relación a la realidad
que sufrieron en el barrio de la ciudad de Córdoba durante más de 10 años reafirmaron
las terribles implicancias del actual modelo de producción en la salud. Pero
además, el testimonio de una vecina de la planta de agrocombustibles Bio4 en
Río Cuarto demostró que estas consecuencias se perciben con la misma intensidad
a través de las industrias derivadas del modelo.
Esta situación fue avalada de manera científica y
contundente por las presentaciones de investigadores, investigadoras y
profesionales de las universidades nacionales de Córdoba y Río Cuarto, desde el
ámbito de la medicina y la biología. A esto
se sumó la palabra de especialistas que describieron con claridad y precisión
el impacto que el cultivo de los transgénicos está generando en el ambiente.
Los abogados, por su parte, enumeraron los distintos
derechos de la población que están siendo vulnerados desde hace años por la
expansión de este modelo agrícola. Pero además afirmaron las implicancias que
tiene el hecho de haber puesto en conocimiento de los concejales de Río Cuarto,
de manera formal y explícita, las consecuencias que los agrotóxicos están
generando en la sociedad: “Después de esto, hay responsabilidad civil y penal
si las autoridades locales no toman medidas de protección contra los
agrotóxicos”, dijo el biólogo Raúl Montenegro en la audiencia.
Frente a esta fuerte demostración de la inviabilidad del
actual modelo, a lo largo de la jornada se impuso la necesidad de empezar de
manera urgente una transición hacia la agroecología, un modelo que es posible y
que ya es una realidad en muchos campos y ciudades del país, tal como
demostraron las precisiones de ingenieros agrónomos y las experiencias de
agricultores orgánicos. Una demostración que no sólo se expresó en palabras sino
también en los productos que se vendieron a lo largo de la mañana en la puerta
del Concejo Deliberante.
En ese marco, la Asamblea por un Río Cuarto Sin Agrotóxicos expuso
ante los concejales los contenidos centrales de la propuesta por un Río Cuarto
Agroecológico, a la vez que se inició la juntada de firmas para presentar este
proyecto de ordenanza como iniciativa popular. Sólo durante el primer día, se
reunieron alrededor de 300 firmas apoyando que dentro del ejido urbano se avance
en la transición hacia un modelo de producción orgánica y sin agrotóxicos.
Fuente: riocuartosinagrotoxicos.blogspot.com.ar
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