“La CTA no tiene
nombre ni apellido. No hay una CTA Micheli y una CTA Yasky. Sino que hay una
CTA que está en la calle, que se planta y pelea en todo el país por los
derechos de los trabajadores y hay otra que le chupa las medias al gobierno
nacional, a los provinciales y a los municipales”, arrancó Pablo Micheli su
discurso de apertura ante los secretario generales de provincias, seccionales y
regionales de todo el país.
“Y la legitimidad no
te la da el gobierno, ni la justicia, ni el Ministerio de Trabajo -continuó-
sino que te la dan los trabajadores que votaron aquel 23 de septiembre cuando
fuimos a las urnas y ganamos por amplio margen con el voto directo y secreto de
nuestros compañeros y compañeras”.
“El 2011 fue un año
de mucha actividad, de mucha pelea, de mucha presencia de esta central y de
recuperación de aquellos principios fundamentales que habían sido dejados de
lado por la anterior conducción”, enumeró a manera de balance.
En ese sentido
Micheli destacó la importancia de que la conducción nacional recorriera el país
para conseguir esa recuperación de los valores, de la confianza y de la
identidad. Así como la realización del Congreso en Mar del Plata, del
Confederal del año pasado, el paro del 8 de junio y las diversas luchas y
movilizaciones llevadas adelante.
También destacó el
trabajo de la Secretaría de Relaciones Internacionales, a cargo de Adolfo
"Fito" Aguirre, que logró instalar nuevamente a la CTA en el mundo y
en toda América Latina, despejando las dudas y haciendo reconocer la
legitimidad de nuestra central. En ese sentido señaló la importancia de los
cargos obtenidos en el Consejo Consultivo de la Confederación Sindical de las
Américas (CSA) ante la presencia de representantes del otro sector que “se
quedó con las manos vacías”.
“Todo esto se logró
por nuestra capacidad de movilización, por las acciones que llevamos adelante que
fueron vistas por todas las centrales sindicales de Latinoamérica, a las que no
les quedó dudas de cual es la central que levantó en las calles la bandera de
las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras de la Argentina, de
cual es la central que sigue peleando por todo lo que perdimos hasta el 2001 y
lo que queda por recuperar”.
En el mismo sentido
el Secretario General de la CTA se preguntó: “¿Cuál fue la central que peleó
contra la ley Antiterrorista, cuál la que integró a los azucareros con su
luchas, la que peleó contra el impuesto al salario, la que pidió un salario
mínimo no inferior a los 5.000 pesos, la que se puede decir verdaderamente fiel
a los trabajadores y autónoma de los partidos políticos, de los patrones y de
los gobiernos? Esta CTA”, se contestó ante el estruendoso aplauso de los
doscientos acreditados.
Con referencia al
gobierno nacional, Pablo Micheli saludó la expropiación del 51% de YPF pero
pidió estatizar todo el sistema energético y recuperar la energía para todo el
pueblo argentino. De la misma manera que recordó a aquellos que lucharon contra
la privatización en el Congreso Nacional como Germán Abdala y en la calle, como
sucedió en Plaza Huincul, en Mosconi, en Cutral Có y en todos los lugares donde
hubo resistencia, “mientras los Kirchner votaban la privatización a dos manos”.
Se refirió también a
lo que esperaba del Confederal: “Una discusión política que nos permita como
clase trabajadora construir poder, tener algún día esa patria liberada, esa
patria para todos y esa CTA que soñamos. Algo que es fácil decirlo pero hay que
construirlo con hechos todos los días sin temerle al debate y a las
contradicciones”.
Planteó finalmente la
vocación y la decisión política de convocar a un Plenario Nacional de Delegados
del Sector Privado para el mes de agosto, la presentación en el Congreso de una
nueva Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo en la que la central viene
trabajando desde hace tiempo y la definición de una jornada nacional de lucha.
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