lunes, 25 de septiembre de 2017

La crisis golpea en los barrios

Las instituciones ya existentes no alcanzan. Los vecinos se juntan para contener las problemáticas: Falta comida, hay violencia familiar y kioscos de drogas. La recorrida en la ciudad de Río Cuarto refleja la misma ausencia: El trabajo.

En los barrios periféricos de la ciudad de Río Cuarto, los últimos datos difundidos por el INDEC sobre el mercado laboral -el trabajo sigue deprimido- son un fiel correlato de la realidad allí vivida.
Referentes sociales en un recorrido que este medio hizo en más de 15 copas de leche y comedores comunitarios, sostuvieron que el trabajo como organizador de la vida familiar sigue faltando y cada vez hay menos, lo que profundiza las problemáticas sociales existentes: Al aumento por la demanda de alimentos e incremento de espacios donde recurren para tener un plato de comida -en algunos casos, el único del día-, reaparece el flagelo de las adicciones como la droga y el alcohol en menores y adultos. A ello se suma la presencia de “kioscos de drogas”, la violencia familiar y hasta el abuso de menores.
Hay al menos 70 merenderos y comedores comunitarios en Río Cuarto. La mayoría concentrados sobre la margen del río, y luego sobre los barrios periféricos. Impulsados por los mismos vecinos de cada sector, otros por organizaciones sindicales, estudiantiles, apoyados por la iglesia o el Estado Municipal. Juntos o por diferentes caminos, todos tienen un mismo sentido: revertir la dura situación social que atraviesan los vecinos.

Acá, en tu barrio

“No tenemos que irnos tan lejos al norte para ver a niños que andan descalzos y así vienen a tomar la leche”, dijo Sonia Ocampo para describir como llegan los chicos a los 13 merenderos que el Movimiento de Acción Popular (MAP-CTA) tiene en la ciudad.
En la apertura de la última copa de leche el pasado miércoles, ubicada en el pasaje Amadeo Miranda de barrio Alberdi, Ocampo comentó que “en algunos sectores se nota más la indigencia, muy carentes de todo. En otras se ve mucho la drogadicción en los jóvenes, y también el abuso que sufren. Es una de las falencias que vemos con más preocupación" y explica que "los problemas surgen como un "efecto dominó", a partir de uno van apareciendo otros y no tienen ninguna organización que los contenga”.
En el barrio Acordeón, cercano al puente negro y sobre las costas del río, la realidad es parecida. “Todos los días vienen 180 personas a buscar su merienda. Antes eran niños, después vinieron las padres y ahora se acercan hasta los abuelos”, comentó Claudia Alaniz, del comedor Nuevo Renacer y agregó que “para algunos, a veces, es su único plato de comida”. Con la ayuda de la Sub-secretaría de Desarrollo Social, Alaniz puede abastecer a los vecinos, aunque el problema principal es la “falta de trabajo” porque “no tienen para comprar ropa, vienen y piden acá”.
A 400 metros, está la copa de leche Primero los niños. Con apenas dos años y medio de iniciado, sirven el desayuno y apoyo escolar tres días a la semana porque la economía ya no alcanza para hacerlo diariamente como en sus comienzos. “Quiero ayudar a los niños y sacarlos de la calle. Están desesperados por los problemas de los padres y buscan salida en la droga y el alcohol”, reflejó Beatriz Merino desde su casa donde espera a 70 niños de Las Delicias.
Es esta zona, a metros del Centro Cívico y pegados a un country, es donde se concentran gran número de comedores y merenderos de la ciudad: 18 desde el puente carretero por la calle Avenida Argentina hasta el puente Alberdi, en un barrio de viviendas de construcción precaria en asentamientos sobre las costas del río.

“Estamos nosotros porque el Estado está ausente”

Diego Altamirano es el encargado de la copa de leche de la Juventud Sindical en barrio Pizarro, al sur de la ciudad. La organización que pertenece a los trabajadores del sindicato de la recolección de residuos SURRBAC tiene cuatro merenderos distribuidos en distintos puntos. Altamirano aseguró “ya no están las unida-des básicas, las manzaneras, o dirigentes barriales que canalizaban los problemas” y acusó “la falta de asistentes sociales, ya no llegan para atender las necesidades de la gente”, dijo y aseguró que ahora “somos las organizaciones las que ocupamos ese trabajo porque el Estado está ausente ”.
En este sentido, “entre todos los vecinos, con otras organiza-ciones territoriales debemos trabajar en conjunto y exigirle al Estado que cumpla con sus obligaciones, como también participar en centros vecinales para colaborar desde esos espacios“, resaltó.
Similar postura tuvo Sonia Ocampo del MAP quien consideró que “tenemos que sentarnos las organizaciones para ver qué tipos de políticas de contención se realizan. En los barrios nos dicen que los políticos aparecen solo en campaña, nos tiran un bolsón, un colchón y se olvidan de nosotros. La gente sigue apostando a que algún gobierno les brinde alguna solución. Hay que cambiar esa política y empezar a trabajar en serio. Se ocupan solamente de la obra pública y no se dan cuenta que la necesidad de la gente es otra”, sentenció.
Fuente: www.elmegafono.net
* Equipo de Comunicación de la CTA Río Cuarto

No hay comentarios:

Publicar un comentario